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Negocio militar

Carlyle adquiere una filial de Booz Allen por 1.631 millones

Carlyle vuelve a asomarse al negocio militar. La firma de capital riesgo controlada por David Rubinstein invertirá 1.631 millones de euros en adquirir la mayor parte de la división de asesoramiento institucional de la consultora Booz Allen, que pasa por ser el principal proveedor de servicios de la Agencia Estatal de Inteligencia (CIA).

Con esta operación, el fondo, que cuenta en su nómina de asesores con personalidades de la talla del ex presidente estadounidense, George Bush padre, y del ex premier británico, John Mayor, no sólo se asegura el control de una compañía con 80 oficinas por todo el mundo, una plantilla de 18.000 trabajadores y unos ingresos netos de 1.732 millones de euros anuales, sino que se convierte automáticamente en uno de los proveedores clave de servicios de seguridad de Washington.

Según los analistas, Booz Allen está trabajando en los principales proyectos de seguridad, defensa y espionaje que tiene en marcha el Gobierno estadounidense.

En los años noventa, el Departamento de Defensa de EE UU no adjudicaba un sólo contrato sin que alguna de las compañías controladas por Carlyle Capital se llevara una parte. Después, el fondo decidió orientar su estrategia hacia otros sectores y vendió con importantes beneficios su participación en una docena de compañías de seguridad, por lo que la adquisición del negocio de Booz Allen le devuelve a la administración.

La compra de la consultora es la más importante de Carlyle desde la crisis de las subprime.

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