'El coste fijo del servicio debe contar en la financiación'
Partidario de una mayor autonomía financiera, el dirigente cántabro reclama que el nuevo sistema de financiación tenga en cuenta los costes fijos de los servicios públicos, además de la población.
Doctor en Economía y Administración de Empresas y fundador de Izquierda Unida, este santanderino de 55 años pertenece hoy a las filas del PSOE y rige la Consejería de Economía de Cantabria desde hace cinco años, cuando llegó a la presidencia autonómica el regionalista Miguel Ángel Revilla.
Después de un lustro de Gobierno de coalición entre regionalistas y socialistas, ¿cuál es el balance económico para Cantabria?
Cantabria lleva años siendo una de las regiones más pujantes de España y de Europa. Entre 2000 y 2007, es la décima región que más ha crecido entre las 163 que forman parte de la Unión Europea de 15 países, anterior a la ampliación al Este. Somos la segunda región más dinámica del eje Atlántico, sólo por detrás de una irlandesa. En 2006 alcanzamos el 104% del PIB per cápita de la actual UE.
¿Cómo se sitúa la comunidad respecto a España?
Según un estudio reciente de Funcas, ya el año pasado superamos la media española. Estamos entre las regiones más dinámicas tanto en renta per cápita, como en actividad al margen de la población. Y, lo más importante, en la última legislatura creamos 40.000 empleos, algo muy notable en una región pequeña.
¿Han cerrado ya las cuentas públicas regionales correspondientes a 2007?
A falta de que se apruebe la contabilidad de las empresas y organismos públicos, estamos casi en equilibrio, con un déficit de tres millones de euros el año pasado. Hemos ejecutado el 94% del crédito definitivo y la ejecución de ingresos ronda ese porcentaje.
La reforma del sistema de financiación autonómica es uno de los platos fuertes de esta legislatura. ¿Cuál será la postura de Cantabria?
Muchas comunidades están abogando por tener en cuenta la población para el cálculo de la financiación, a lo que no nos oponemos, porque sin duda tiene importancia. Sin embargo, pensamos que hay algunas otras variables a tener en cuenta, como son los costes fijos, que son independientes del número de habitantes. Tenemos cálculos que sitúan los costes sanitarios en Cantabria un 20% por encima de la media nacional y algo parecido pasa con la educación y la dependencia. El otro punto que queremos que se tome en cuenta es la dispersión geográfica, muy relevante a la hora de prestar servicios públicos.
¿Y qué hay de la financiación de esos costes?
Apoyamos sin fisuras un aumento de la autonomía financiera, basada en una mayor participación autonómica en los impuestos sobre la renta, especiales o IVA. Estamos a favor de un aumento de la participación en porcentaje y en la capacidad normativa. Así se podrá garantizar un nivel mínimo de servicios en todo el país, y a partir de ahí cada comunidad podrá recaudar más para prestar más.
Por otra parte, queremos plantear una reforma del fondo de suficiencia para que, además de variar con los ingresos del Estado, tome en cuenta el crecimiento de las comunidades autónomas.
Hay comunidades que piden nivelación a la baja
El Gobierno de Cantabria cree en la necesidad de unos servicios mínimos iguales y suficientes garantizados en todo el Estado. Ahora bien: si hablamos de nivelación de servicios, y sé que es un tema tabú, no podemos hacerlo sin discutir lo que está pasando en el País Vasco.
¿A qué se refiere?
No hablo de cuestionar la Constitución o los fueros, sino de cómo debe calcularse en el futuro el cupo que paga esa comunidad por los servicios estatales. Dado que tiene autonomía fiscal, puede resultar tentador reducir impuestos para, por ejemplo, atraer o retener empresas en su territorio, como ha sucedido con el impuesto sobre sociedades. Lo que no vale después es pedir una reducción del cupo por la merma de ingresos consiguiente. Eso repercute en la financiación y el bienestar de todo el Estado.
¿Cómo esperan seguir capitalizando la economía cántabra a la vista de las presiones en los gastos que supondrá la desaceleración?
Hay que partir de la base de que el 80% del presupuesto regional está destinado a sanidad, educación y dependencia, lo que deja un margen de maniobra muy escaso. Hasta ahora, la captación de inversiones se hacía a través de la Coordinadora de Empresas Públicas, un organismo que buscaba financiación fuera del presupuesto para proyectos de inversión. Hoy necesitamos un salto adelante, porque ese sistema sólo sirve para proyectos concretos y pone como garantía ante los bancos a las empresas adjudicatarias.
¿Qué van a hacer ahora?
Vamos a impulsar una ley para crear un Instituto de Finanzas, que está ya en el Parlamento autonómico para su debate y será aprobada este verano. A través del mismo se canalizará la modernización regional. El cambio fundamental es que el instituto buscará financiación sin destino previo, poniendo como garantía la solvencia del Gobierno regional. Los presupuestos autonómicos determinarán el importe máximo de los avales a conceder en cada caso.
¿Qué cantidades esperan obtener para nuevas inversiones el año que viene?
El objetivo es alcanzar alrededor de 300 millones de euros, que irían creciendo a un ritmo del 3% anual durante cinco años. El sistema servirá para financiar inversiones públicas en infraestructuras, proyectos de colaboración público-privada y también para sufragar iniciativas privadas de especial interés para la comunidad, como aquellas que apuesten por el gasto en I+D+i o la reestructuración productiva.
Un 'cluster' industrial para el sector ganadero
Agudo explica uno de los principales proyectos estratégicos que está tratando de impulsar el Gobierno cántabro, referido a la producción ganadera. 'El objetivo actual es introducir el sector en la actividad industrial. Se está produciendo un movimiento general de ganaderos hacia cooperativas y se está creando una cooperativa de segundo nivel que aglutina el 40% de la producción de leche de Cantabria. La apuesta industrial pasa por centralizar todas las actividades relacionadas con las vacas y la ganadería. Eso incluye la producción de carne, piensos, mantequilla, leche, o incluso generación de energía por biomasa, a través de los abonos. La macrocooperativa tiene su base en la fábrica de Renedo, que queremos trasladar unos pocos kilómetros para convertirla en un polígono amplio, una especie de cluster industrial del sector ganadero, centrado en la innovación. Ya se ha logrado un acuerdo estratégico de distribución con Mercadona'.