Freno en el número mágico
La Bolsa deja de subir y nubla el panorama
Hace algún tiempo la revista Muy Interesante publicaba: '¿En qué se parece una tarjeta de crédito al Partenón?'
Exactamente en el número 1,61803398... ¿Qué tiene de especial esta cifra? Es el número áureo, el de la belleza. Matemáticamente hablando, podemos definirlo como aquel número al que, tanto si le sumamos uno como si lo elevamos al cuadrado, sale el mismo resultado. Sin embargo, lo verdaderamente misterioso es que se trata de una cifra que podemos encontrar en el crecimiento de las plantas, en las piñas, en la distribución de las hojas en un tallo, en la formación de las caracolas, en el carné de identidad, en las tarjetas de crédito, en casi todas las cajetillas de tabaco y en el Partenón.
Este número es bien conocido en el mundo de la Bolsa porque es la clave para calcular los retrocesos de Fibonacci, que suelen funcionar bastante bien en análisis técnico, sobre todo porque como todos pensamos que en esos retrocesos se va a parar el mercado, al final es la profecía que se cumple a sí misma. Pero lo importante es que funcione, y lo hace.
La continua subida de las materias primas ha enmascarado la debilidad de la banca
Uno de esos retrocesos es clave ahora mismo en Europa, como se refleja en el gráfico adjunto del futuro del Euro Stoxx 50, muy seguido por los grandes operadores. En la recuperación, nos hemos detenido a la altura del retroceso de Fibonacci del 38,2% de la gran bajada desde el verano. Ese retroceso es considerado como el menor de todos los destacables, y es necesario superarlo para poder considerar que la tendencia de medio plazo se estabiliza.
De momento todo anda bastante confuso. Las subidas previas se han llevado a cabo con muchas divergencias, como por ejemplo un volumen que no solía pasar de 1.200 millones de acciones negociadas en NYSE, cuando la media anual es de 1.900 millones. La línea de avance-descenso y el análisis de flujos de entrada y salida de capitales en Wall Street, segregando inversores profesionales y particulares, parecen confirmar que las manos fuertes siguen ausentes. Tampoco son vendedores, parecen neutrales y a la espera de que se calmen las cosas de manera fehaciente.
Durante muchos días la subida constante del sector de materiales básicos ha enmascarado la debilidad del sector bancario. Este factor complica mucho la inflación, y parece va a impedir más bajadas de tipos por parte de la Fed. Aunque según las estadísticas, los periodos de tendencia neutral en los tipos -como en el que podemos haber entrado- no son malos para las Bolsas.
Según un estudio de Bespoke Investments Group, desde 1958 hemos tenido 12 periodos de fin de ciclo bajista y entrada en fase neutral para los tipos de interés. Las medias son interesantes:
1- La media de tiempo que tarda la Fed en empezar a subir tipos es de 329 días.
2- El S&P 500 sube de media el 12,3% en este plazo.
En 12 periodos, sólo en uno el S&P bajó, en concreto entre el 1976 y 1977, con un descenso del 5,7%.
Poca visibilidad por tanto en el medio plazo, y de momento, frenazos desde el punto de vista técnico en resistencias a causa de ese número áureo que comparte la Bolsa con las tarjetas de crédito y el Partenón.