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Cinco Sentidos

La noche mil millones del Montecristo nº 4

Habanos. La cifra de ventas se celebró con una gran fiesta en Madrid.

Los habanos no pasan de moda. Es más, fumarlos se está convirtiendo en sinónimo de exclusividad y distinción. Y también de glamour. No hay más que ver los personajes del mundo de la moda y el espectáculo que se dieron cita el pasado jueves en el Penthouse, la espectacular terraza del hotel Me by Meliá, la más in de Madrid. La fiesta la organizaba el Club Pasión Habanos para celebrar que el Montecristo número 4, el cigarro más consumido del planeta, ha alcanzado la cifra de ventas de 1.000 millones de unidades.

Muchas caras conocidas pudieron disfrutar del aroma y sabor de este clásico de los habanos, auténtico protagonista de la noche. La top model internacional Bar Rafaeli, acaparó sin duda la atención, pero también lo hicieron otros rostros como los de las exmises Eva González y María José Suárez, las presentadoras Arancha de Benito o Mónica Hoyos, los toreros Francisco Rivera y Oscar Higares, o el actor Imanol Arias.

La ocasión sirvió también para presentar el lanzamiento de un Montecristo número 4 Reserva, elaborado especialmente para festejar los mil millones de ventas. Un magnífico puro de edición limitada que se presenta en una caja de lujo, lacada en negro, con 20 unidades y a la venta al precio de 360 euros (sólo se han producido 5.000 unidades para todo el mundo). El Reserva número 4 (Mareva, 129 x 16,67 mm. Cepo 42) ha sido elaborado totalmente a mano con tabacos añejados un mínimo de tres años, de ahí el color y textura de la capa, así como el sabor y aroma de la fumada, mucho más sabrosa, penetrante y aromática que en el tradicional número 4. æpermil;ste, desde su aparición en 1935, sigue siendo una referencia imprescindible para los amantes de los habanos, y su posición de liderazgo no ha dejado de crecer en estos más de setenta años.

La extraordinaria complejidad de su proceso de producción, artesanal, exclusiva, ha hecho que se haya tardado todo este tiempo en alcanzar esa cifra de ventas, ya que se necesitan dos años para elaborar un Montecristo número 4 antes de ponerse en el mercado. Gracias a ello, el cigarro adquiere un sabor con puntas dulces y especiadas, que perduran. De fortaleza media-fuerte, tiene un tiro bastante bueno, y una excelente combustión. Destaca también su aroma intenso a tabaco, algo esponjoso, con recuerdos a heno y dejes dulces, sutilmente especiados. Su calidad, unida al precio (5,15 euros), le han convertido en el habano más vendido del mundo.

Es, sin duda, el líder de la gama de productos Montecristo, compuesta inicialmente por la vitolas numeradas del 1 al 5, y que se ha ido completando con los años para incorporar una oferta que cubre todos los gustos de los fumadores de hoy, desde el majestuoso Montecristo 'A' hasta los formatos de menor tamaño. Una marca caracterizada por sus cigarros potentes, recios, de gran fortaleza (alguna de sus vitolas, como el número 2, es la Pirámide más fuerte que existe en todo el vitolario cubano), con marcada intensidad de aroma y sabor, además de garantía de calidad y constancia. Su exquisita ligada se elabora a mano únicamente con hojas seleccionadas procedentes de la región de Vuelta Abajo -la tierra con el mejor tabaco del mundo-, siempre con tripa larga. Ello ha hecho que Montecristo sea no sólo la marca más conocida de habanos, sino la referencia por la que se miden los demás cigarros, el punto de comparación cuando se juzga una nueva vitola, especialmente si es de gran potencia. Solera, tradición y clasicismo que nunca pasan de moda.

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