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CincoSentidos

Comerciales y psicólogos en una sola profesión

Los empleados de las funerarias aprenden cercanía y habilidades

Los empleados de funerarias tienen un trabajo complicado. Deben tratar a la gente en tan malos momentos al tiempo que venden los productos de su empresa. Un sector poco profesionalizado, debido a su tradición familiar, ya que no hay unos estudios específicos, pero que está haciendo esfuerzos por formar a sus trabajadores.

Cada vez están más especializados, y eso exige conocimientos más profundos de las diversas funciones. 'Están muy abiertos a aprender, reciben la formación como un premio, al proceder generalmente de un estrato social más bajo', explica Emilio Berriatúa, director general de Mémora, que junto a Funespaña es la principal empresa del sector, y tiene el 51% de los servicios de Barcelona.

Los trabajadores son vocacionales en su gran mayoría. 'Cuando hemos pedido voluntarios para ir a Afganistán se ha presentado toda la empresa'. A veces demasiado entregados, porque 'había un gran índice de bajas por depresión, de gente que se involucraba más de la cuenta', señala.

Las empresas reclaman un ciclo de formación profesional para el sector

La formación trata de incidir en este apartado y en la relación con los clientes. 'Se enseña a detectar los duelos complicados y desviarlos a tratamiento especializado, a mejorar la atención telefónica, o incluso a saber entregar un telegrama de duelo', explica el directivo.

También hay muchas carencias en los conocimientos puramente de gestión. 'La gente que antes llegaba a gerente o responsable se caracterizaba por conocer la empresa a fondo, puesto que habían ido ascendiendo desde abajo', explica Berriatúa, 'pero no podías pedirles que leyeran un balance'.

El catálogo para el velatorio, o incluso para después del enterramiento, ha aumentado mucho últimamente, y los trabajadores deben saber qué pueden ofrecer y cómo hacerlo. 'Parece obvio, pero no se puede engañar; además la gente bien informada compra más', explica Berriatúa. 'Preguntan cosas muy distintas, como de qué madera es el ataúd, si es ecológica...'.

En muchos casos no hace falta explicar las opciones a las familias, porque el 60% tiene suscrito un seguro de deceso en el que todo está ya previsto. En cualquier caso 'siempre hay que agilizar los trámites' señala Maite García Balán, responsable de formación de la funeraria madrileña, participada en un 49% por Funespaña (el resto es público).

No hay una formación reglada, pero empieza a haber másteres, señala García Balán. 'Especialmente de tanatopraxia', la técnica para mejorar el aspecto de los fallecidos. Berriatúa cree que debería haber un ciclo de formación profesional, como en otros países europeos.

Música en el sepelio o custodia del ADN

Un entierro con música de Bach puede ayudar a sobrellevar el dolor de la muerte de un ser querido. Un detalle como ése es el valor añadido que las funerarias intentan ofrecer a sus clientes y a su vez les permite ampliar su negocio en un mercado saturado por definición.Otros servicios de nueva creación son la fabricación de diamantes a partir del cabello, o la custodia del ADN en el caso de incineraciones. Todas ellas las ofrecen los comerciales de Mémora, que trabajan a comisión, siguiendo la política de su accionista mayoritario, Acciona (75%, el resto es de Caja Madrid).Eso no es incompatible con dejar tiempo al cliente para que decida las cuestiones accesorias. Y nada de excesos. 'Si hay una reclamación, el empleado se queda sin comisión', asegura el director general, Emilio Berriatúa.

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