Abogados vigilantes de la conciencia de la empresa
Su función ha dejado de ser puramente jurídica
Los abogados de empresa consideran que su responsabilidad está cambiando de lo que era una función puramente jurídica a una función más activa empresarialmente, como resolver los problemas de la empresa con un creciente deber fiduciario hacia los accionistas.
Más de 30 abogados de empresa españoles y extranjeros, junto a letrados de diversas firmas jurídicas han debatido en una jornada organizada en Barcelona por la editorial especializada Iberian Lawyer sobre los cambios que están experimentando estos profesionales cuando desarrollan su labor en el seno de una empresa.
'Los abogados de empresa actualmente precisan entender mejor e integrarse más en el negocio de la compañía y ser más creativos y flexibles en sus soluciones', expuso Ramón Mullerat, de KPMG Abogados, experto en responsabilidad social de la empresa y asesor senior en esta materia de la sección de Derecho Internacional de la American Bar Association.
Esos cambios, explica Mullerat, comportan trabajar 'más estrechamente con los directivos como asesores de confianza de la empresa'. Recientemente, además del asesoramiento jurídico, la función de los abogados de empresa incluye las cuestiones éticas y la responsabilidad social de la empresa.
Los participantes en el encuentro estuvieron de acuerdo en que su función inevitablemente entraña integrarse con los directivos y la función de muchos abogados de empresa incluye también cuestiones relacionadas con la responsabilidad social de sus empresas, así como con el incremento de los riesgos de actividades contrarias a la ética, recayendo en ellos el promover prácticas empresariales éticas.
David Sanromá, jefe de la asesoría jurídica y secretario del consejo de Solvay Ibérica, opinó que la responsabilidad específica en la materia de RSE recae efectivamente sobre los abogados de empresa.
Jan Eijsbouts, asesor de Azko Nobel y miembro del consejo asesor del fórum de abogados de empresa de la International Bar Association (IBA), explicó que 'la misión del abogado de empresa actualmente incluye a la vez el garantizar la integridad jurídica del negocio más la responsabilidad ética de la empresa en su conjunto. Pero dar asesoramiento económico a la vez que ser responsable de implementar los valores éticos y supervisarlos es pedir demasiado'.
Exigencia creciente
Algunos participantes entienden que la creciente exigencia sobre los abogados de empresa para que actúen a la vez como asesores económicos y como guardianes éticos puede conllevar el riesgo de conflictos internos en los casos en que el abogado discrepa con los directivos y generar también un conflicto profesional puesto que, como abogados, se les exige que mantengan su independencia y no así como empresarios.
Jonathan Lux, socio en la firma londinense Ince & Co, y actualmente copresidente del Comité RSE de la IBA, admite que las confrontaciones pueden surgir inevitablemente entre abogados y sus empresas. 'Los abogados de empresa deben reaccionar cuando consideran que algo no se hace correctamente'.
Para Ramón Mullerat, el principal problema ético de los abogados de empresa es que deben saber compatibilizar sus deberes como abogados (independencia, secreto profesional) con los que les impone su condición de empleados de la empresa.
Decisión del Consejo
A fin de garantizar la independencia y capacidad para discrepar del presidente de su compañía, un abogado de empresa del Reino Unido acaba de estipular en su contrato que su eventual despido debe ser acordado por la totalidad del consejo y no sólo de su presidente.