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Cinco Sentidos

La guerra de una mujer de 26 pulgadas

Antonio Orlando mezcla aventuras y fantasía en 'Chiquita', premio Alfaguara.

Si hay un sitio en el que Antonio Orlando Rodríguez se siente a gusto y protegido es una biblioteca. 'Es como estar entre muchos amigos'. El estímulo de la lectura le empujó a escribir cuentos en la infancia, con 14 años escribía programas de radio y con 19 años ganó su primer premio literario. Otro premio, el Alfaguara de Novela que recibirá hoy de manos de Ignacio Polanco, presidente del Grupo Prisa, ha descubierto para el público español la 'notable gracia narrativa e imaginación sin descanso', según el fallo del jurado, que derrocha en Chiquita, obra acreedora del galardón literario. Los halagos reconfortan a este escritor y periodista, nacido en Ciego de Ávila (Cuba) en 1956 y residente desde 1991 en Estados Unidos, porque los miembros del jurado presidido por el nicaragüense Sergio Ramírez han captado su intención: 'Es una novela de aventuras, de peripecias constante, con un despliegue de fantasía'.

El alma de Chiquita es un personaje real, Espiridiona Cenda, una liliputiense cubana, que se convirtió en una estrella de las variedades a principios del siglo XX. Antonio Orlando quedó fascinado con el personaje. 'Reúne todo lo que se espera de una heroína de novela, tiene personalidad, temple, magnetismo; es una mujer inteligente y audaz encerrada en un cuerpo de 26 pulgadas 66 centímetros. A eso hay que añadir su época, el tránsito del siglo XIX al XX, cuando la mujer empezaba a luchar por sus derechos'.

Hay un gran porcentaje de imaginación en la novela. El autor toma los pocos elementos biográficos que se conocen y a partir de ahí fabula libremente, basándose en el conocimiento de la época, de los lugares donde transcurre la vida de la protagonista e imaginando encuentros con otras celebridades que coincidieron con ella en el tiempo y en el espacio, una de ellas la actriz Sarah Bernhardt, en cuya boca el autor pone una de las frases clave de la novela: 'La grandeza no tiene tamaño'.

Su intención ha sido que los hilos de la realidad y los de la fantasía se mezclen en el tejido narrativo. Episodios que pueden parecer un disparate sucedieron realmente, como el recurso de utilizar loros parlantes en publicidad. Todo aderezado con humor que para el escritor es fundamental. 'La ironía y el absurdo penetran en la historia sin proponérmelo'.

La novela avanza desde la infancia de Chiquita en la Cuba del esclavismo y la guerra con España a los escenarios de EE UU y Europa. Mientras se adentraba en la historia, Antonio Orlando ha descubierto el desmedido interés que existía en la época por los artistas liliputienses. 'Existían compañías de ópera, de ballet, de teatro. Me di cuenta de que valía la pena explotarlo en la novela', comenta. Igual que el elenco de personajes curiosos, como la reportera Nellie Bly, que según el escritor prefigura la periodista moderna. 'No tenía ni idea de que estos personajes iban a participar de la historia, pero me los encontré leyendo sobre otras cosas y decidí introducirlos'.

No le interesa escribir libros de tesis, sino conquistar al lector con una trama que le atrape desde la primera a la última página. Por supuesto que por el camino el lector se encontrará con ideas que le harán pensar, pero el novelista privilegia 'la aventura, la peripecia, la fascinación de los personajes, más que otro tipo de valores'. Llegado el momento de seducir a los lectores, Antonio Orlando confía en el magnetismo de Chiquita. 'Me voy a sentir muy feliz de que ella hipnotice a los lectores'.

La fascinación literaria por los inicios del siglo XX

Los libros que Antonio Orlando ha escrito en el exilio tienen temas, escenarios y motivos más cubanos que los que escribió en Cuba, que 'eran más universales'.Ha escrito cuentos para niños y la narración para adultos Aprendices de brujo (Alfaguara). Cada novela le lleva cinco años. 'Son novelas largas, con muchos personajes, no me precipito, cada libro requiere su tiempo para madurar', justifica, ya que entiende que uno de los problemas de la literatura contemporánea es que 'es muy exprés'. El próximo libro no será tan extenso. En él, volverá al pasado, a los inicios del XX, una época que le encanta. 'La humanidad todavía tenía capacidad de asombro', destaca.

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