El cable eléctrico más profundo viaja a Baleares
Red Eléctrica iniciará en 2009 la conexión submarina con las islas, a 1,4 kilómetros de profundidad.
El proyecto Rómulo entra en su fase definitiva. La conexión eléctrica diseñada por Red Eléctrica (REE) entre la Península y Baleares empezará a tenderse a finales del año que viene, aunque las empresas encargadas de fabricar los dos cables que discurrirán por el fondo marino mediterráneo ya han empezado a hacer pruebas. Una operación compleja, más teniendo en cuenta que se tratará, cuando esté instalado, del segundo cable eléctrico más profundo del mundo, sólo por detrás del que une Cerdeña con la Italia peninsular. En su punto más profundo, el cable estará 1.485 metros bajo el agua, frente a los 1.600 metros del enlace italiano.
El director del proyecto Rómulo, Ramón Granadino, destacó ayer la importancia de esta unión para la garantía del servicio eléctrico en las islas así como para evitar que se tengan que construir nuevas centrales en un territorio tan sensible medioambientalmente. 'El desarrollo de plantas de energías renovables es mucho más complicado en las islas que en la Península', dijo Granadino, en referencia a la posibilidad de instalar huertos solares, por ejemplo. De hecho, las tres centrales de Mallorca funcionan con combustible fósil.
Pero al margen de la importancia de esta infraestructura, que se espera entre en funcionamiento en 2010, destaca el desafío tecnológico. De unir Sagunto con Santa Ponsa, separadas por 244 kilómetros de distancia, con un profundo Mediterráneo de por medio. Los encargados de realizar la instalación serán dos barcos de dos compañías distintas que instalarán los dos cables que configuran la unión. Se trata de una manguera de unos nueve centímetros de grosor que, de una sola tirada, llegarán a cada una de las estaciones de conversión. Estas instalaciones son necesarias ya que, a diferencia de la conexión submarina de España con Marruecos ya existente, en ésta se enviará corriente continua, ya que la alterna no viaja más de 100 kilómetros.
Las empresas Prysmian y Nexan serán las encargadas de fabricar y tender, con unas plataformas especiales, cada uno de los cables, que pesarán 6,8 toneladas, por el lecho submarino, una operación en la que estarán ayudadas por robots. La operación, una vez se inicie a finales del año que viene, tardará un mes. El presupuesto global, incluidas las dos estaciones conversoras, que realizará Siemens, es de 375 millones.
Cuando esté finalizado, el cable podrá aportar al sistema eléctrico balear un 30% del total de la potencia que ahora tiene, lo que permitiría evitar apagones que las islas ya han padecido. 'Y también atender una demanda de la Península', señaló el director de transporte de REE, Carlos Collantes.