El caos de la T5 se cobra sus primeras víctimas en British Airways
El caos que caracterizó a la terminal 5 del aeropuerto londinense de Heathrow desde que abrió sus puertas el pasado 27 de marzo ya se ha cobrado sus primeras víctimas en la compañía que ostenta en exclusiva el control del edificio, British Airways, que confirmó hoy la salida del hasta ahora director de operaciones, Gareth Kirkwood, y del responsable de servicio al cliente, David Noyes.
La baja de Noyes y Kirkwood representa el primer movimiento de la aerolínea británica como consecuencia de las anulaciones de vuelos en cadena y la pérdida masiva de decenas de miles de maletas que se produjeron por el bloqueo en el sistema de equipaje, ideado para manipular 12.000 bultos por hora a lo largo de 18 kilómetros de cintas transportadoras.
Con todo, BA ya había modificado sus planes previamente al retrasar el traslado de los vuelos de largo recorrido a la nueva terminal, previsto inicialmente para finales de abril pero que finalmente se acometerá en junio, si bien el propio presidente de la aerolínea, Willie Wilson, admitió ayer que el proceso podría no completarse hasta octubre.
En este contexto, British Airways ya se encuentra buscando sustituto a estas dos primeras bajas por el desastre de la T5, que en principio asumirá una misma persona, una vez el responsable de operaciones y el director de servicio al cliente ¢dejen la compañía¢.
Por su parte, su máximo dirigente no ha anunciado cambios acerca de su intención de no renunciar al cargo, pese a las voces que reclaman su salida por los fallos que asolaron el estreno de unas instalaciones que costaron unos 6.000 millones de euros y en las que se invirtieron más de cinco años de trabajo.
Así, la terminal no funcionó con normalidad hasta la semana pasada, pese a que, en su inauguración el 14 de marzo presidida por la Reina Isabel II, los directivos de British Airways y del operador del aeropuerto, BAA -del grupo español Ferrovial- habían anunciado una revolución en el concepto de la velocidad de movimiento de los viajeros. Hasta ahora, los problemas han ocasionado ya un coste superior a los 20 millones de euros.