Boeing se enfrenta a pagos millonarios por los retrasos
Boeing deberá hacer frente a indemnizaciones de cientos de millones de euros después de un nuevo retraso de seis meses en su avión 787 Dreamliner. Las principales aerolíneas compradoras ya han avanzado que reclamarán. La española Air Europa no se ha pronunciado.
El retraso de alrededor de 15 meses que acumula el programa del 787 Dreamliner, el nuevo avión estrella de Boeing, le va a costar caro al fabricante aeronáutico estadounidense, que previsiblemente tendrá que desembolsar cientos de millones de euros en indemnizaciones. Las principales aerolíneas que han encargado la aeronave adelantaron ayer que van a exigir compensaciones por unas demoras que, en algunos casos, afectan seriamente a sus planes de negocio.
Desde Air Europa, único cliente español del 787, declinaron ayer pronunciarse sobre el asunto, alegando que el presidente del grupo, Juan José Hidalgo, se encuentra de viaje hasta la semana que viene. La aerolínea ha encargado ochos unidades del nuevo avión, que tenía previsto recibir entre 2013 y 2014.
Entre las compañías que esperan iniciar conversaciones con Boeing en breve para pactar una indemnización figuran British Airways, Virgin, Air India, Air New Zeland y las japonesas All Nippon Airways y Japan Airlines. Estas dos últimas, que suman 85 pedidos, son de las más afectadas por la revisión del programa del 787, ya que la fabricación de la versión que han contratado (787-3) se ha aplazado sine die.
En la actualidad, Boeing tiene cerrados 892 pedidos del nuevo 787 por parte de más de 50 clientes distintos, con un valor total estimado de 145.000 millones de dólares (92.080 millones de euros) a precios de catálogo.
El miércoles, en una comparecencia vía internet, ni el responsable de la división de aviones comerciales de Boeing, Scott Carson, ni el encargado del programa del 787, Pat Shanahan, quisieron precisar cuántas aerolíneas se verán afectadas por los retrasos. La entrega del primer avión no se hará hasta el tercer trimestre del 2009, cuando inicialmente estaba prevista para el próximo mes de mayo. Tampoco aclararon si el grupo ya había realizado una provisión aparte para las indemnizaciones. El impacto que el nuevo calendario tendrá sobre las cuentas del grupo en 2009 se dará a conocer el próximo día 23.
Recuperar el ritmo en 2012
La reprogramación llevada a cabo por Boeing supone una reducción del número de aviones que estarán listos en 2009 de los 109 estimados en un principio a sólo 25. El grupo confía en recuperar el ritmo de producción hacia el año 2012, situándolo en diez unidades al mes.
El principal problema que está encontrando Boeing en el desarrollo del 787 tiene que ver con el trabajo de los socios a riesgo compartido a los que encargó la fabricación de grandes bloques del avión, un proceso al que se ha tenido que enfrentar por primera vez a gran escala y que le ha supuesto serios quebraderos de cabeza. A ello hay que añadir que el grupo estadounidense también se estrena en la fabricación de un avión con más de un 50% de materiales compuestos (fibra de carbono, por ejemplo), lo que le ha obligado a rediseños de última hora en algunas piezas, como la caja central del ala.
Las demoras que está sufriendo el desarrollo y lanzamiento del nuevo 787 también están obligando a Boeing a adelantar pagos a algunos de sus suministradores y socios en el programa. En principio, estas empresas no iban a comenzar a cobrar hasta que el fabricante aeronáutico realizara las primeras entregas del avión. Sin embargo, el retraso de más de 15 meses en el proyecto comienza a pasar factura a algunas de estas compañías, que han pedido a Boeing que pague parte de sus trabajos. La estadounidense Spirit ya ha cobrado 124 millones de dólares, por ejemplo.