El segundo principal accionista de Telecom Italia alienta una fusión con Telefónica
El Gobierno italiano ha hecho todo lo posible para que el control de Telecom Italia no caiga en manos extranjeras, pero desde el accionariado de la operadora de telecomunicaciones empiezan a hacerse oír opiniones que piden que se prime el interés de la compañía sobre la nacionalidad.
Y no proceden de inversores minoritarios o desconocidos, sino del segundo mayor accionista de la operadora. Se trata de Marco Fossati, cuya familia posee el 4,45%, que se ha convertido en el primer italiano que no sólo habla abiertamente de una fusión entre Telecom Italia y Telefónica, sino que la alienta.
'Espero que en dos o tres años la valoración de Telecom Italia esté mucho más alta', explicó el inversor, en una entrevista con la agencia Bloomberg. 'El escenario ideal para Telecom Italia sería conseguir una fusión por intercambio de acciones con Telefónica. Entonces seríamos inversores de la compañía más fuerte y más internacional. Pero para llegar hasta ahí queda mucho por hacer. No sería apropiado en este momento'.
Más presión para Bernabè
Estas declaraciones ponen más presión sobre Franco Bernabè, que ha sido designado consejero delegado de Telecom Italia por sus nuevos dueños -un consorcio del que forma parte Telefónica, pero equilibrado con socios italianos para mantener la nacionalidad- para sacar a la compañía de la profunda crisis en la que está desde hace años. Y la tarea es compleja. Los beneficios de Telecom Italia descendieron un 19% el año pasado, la cotización ha perdido un tercio de su valor en los últimos doce meses y se ha hecho hace poco la tercera revisión a la baja en tres años de la previsión de crecimiento de los ingresos.
Por eso, Fossati cree que Bernabè necesita una 'visión estratégica' y debería expandirse a los servicios bancarios, por ejemplo.
La cabeza visible de la familia que vendió el líder italiano del caldo, Star, a la española Gallina Blanca en 2006, asegura que apoya a Bernabè y a su plan de choque. De hecho, augura que permanecerán en el capital de Telecom Italia como mínimo durante los próximos dos o tres años.
Las palabras de Fossati hablan de concordia con el equipo gestor y los principales accionistas. 'No somos hostiles. Nuestro objetivo es elevar el valor de la empresa'. Pero la familia ha presentado una lista de consejeros alternativa a la oficial en la junta de accionistas que se celebrará el próximo lunes. No lo consideran una ruptura, sino que creen que el consejo debe tener una mayor representación de los inversores. 'Si votan nuestra lista, serviremos los intereses de Telecom Italia', concluye.