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Ejecutivos que hablan mandarín, todo un lujo para las empresas

El auge económico de China, país invitado en la feria Aula, impulsa el aprendizaje del chino

Ejecutivos que hablan mandarín, todo un lujo para las empresas
Ejecutivos que hablan mandarín, todo un lujo para las empresasCinco Días

La primera palabra que un empresario o ejecutivo debe conocer en mandarín es guanxi. Este concepto hace referencia a la importancia de la relación personal para entablar negocios en la milenaria China. Y si se conoce algo de la lengua, el directivo tiene un gran trecho ganado.

Conocer el idioma es una ventaja por varias razones, según Jesús Zaldua, jefe de operaciones de Gamesa en China: 'Te respetan y aprecian enormemente el esfuerzo de un extranjero por el aprendizaje, que los mismo chinos estiman como una muy ardua tarea que dura años'. 'Se abren y muestran más cercanía. El mundo de los negocios en China está basado en códigos de conducta donde la confianza en la persona es la base de las relaciones. Hablar mandarín es acercarse a sus sentimientos y motivaciones', añade.

'Es raro que una empresa no se vea afectada, para bien o mal, por el auge económico chino', asegura Amadeo Jensana, director de programas económicos de Casa Asia. 'Hay mucha gente que piensa que es el idioma del futuro', añade. En este centro se están percatando del aumento exponencial de la demanda del aprendizaje del mandarín. En España, alrededor de 5.000 personas estudian el principal dialecto de China. En 2007, el Instituto Confucio (el Cervantes chino) abrió sedes en Madrid, Valencia y Granada y próximamente abrirá otra en Barcelona. En este contexto de solicitudes, la feria madrileña Aula, que se celebra hasta el 6 de abril, ha elegido China como país invitado.

Hablar mandarín supone acercarse a los sentimientos de los chinos

El cambio del perfil de los estudiantes es evidente. En Casa Asia aseguran que cada vez hay más empleados de empresas con intereses en China y de universitarios que ya hablan otro idioma y que gracias al mandarín se abren un futuro laboral, porque serán capaces de relacionarse con una quinta parte de la población mundial. 'Cada vez son más jóvenes, antes era algo exótico. Ahora los padres ven en el aprendizaje de esta lengua una oportunidad profesional', cree Taciana Fisac, directora del Centro de Estudio de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid.

Para las empresas en China, 'actualmente no es suficiente hablar inglés', señala Teresa de La Lombana, empleada de IBM en Pekín. Sólo un 10% de los chinos hablan la lengua de la globalización, por lo que siempre es imprescindible un intérprete. 'Te puedes encontrar con que el jefe de un banco, ni lo mandos intermedios saben inglés', cuenta Fisac.

'Es imprescindible tener un buen intérprete inglés-mandarín de confianza', confiesa el directivo de Gamesa, empresa que lleva desde 2000 en Tianjin. Así que encontrar un español con formación empresarial y con dominio del mandarín, es un tesoro. 'Cuentan con una gran ventaja y están muy solicitados', aseguran desde Casa Asia.

De La Lombana, de 25 años, compatibiliza en Pekín su teletrabajo en el departamento de marketing de IBM con una beca del ICO para estudiar mandarín: 'El primer mes me preguntaba qué hacía aquí, porqué estudiaba en China'. Pero ella misma se responde: 'porque estudié empresariales, quiero ser empresaria o colaborar con un proyecto bonito. Soy una persona muy emprendedora. Aprendiendo chino rompo una barrera'. Hasta hoy, esta joven que llegó a Pekín con un nivel muy básico de mandarín, participa también en un programa semanal del Instituto de Empresa (IE) de inmersión en la cultura empresarial china.

Precisamente, el director de comunicación del IE, Félix Valdivieso, que habla siete lenguas, lleva desde 2001 aprendiendo mandarín: 'si un directivo va a vivir en China, le recomiendo que aprenda el idioma, es fundamental'.

Una ardua y constante tarea

El aprendizaje del mandarín no es tan sencillo como cualquier lengua occidental. 'Es el idioma más difícil con el que topado', asegura el políglota Félix Valdivieso, del Instituto de Empresa. 'No es más difícil. Simplemente requiere más horas de estudio', explica la profesora Taciana Fisac. Si con 250 horas de estudio se supera un nivel de inglés, con el chino hacen falta 700 horas.'Por cada cuatro horas de clase, cada día estudio otras tres en casa', relata Teresa de La Lombana. 'Estudiar chino es como una ingeniería'. Al principio, a pesar de que había asistido a lecciones de mandarín en Madrid, esta empleada de IBM no entendía nada en la Universidad de Pekín, donde están becados otros diez españoles.En España se puede estudiar chino en los servicios de idioma de muchas universidades, academias, en Casa Asia, cámaras de comercio e incluso por cursos a distancia. Pero existen unas grandes tasas de abandono. 'El aprendizaje supone mucha disciplina y constancia', explica Fisac.Valdivieso cuenta que además de las horas que pasa estudiando, 'en vez de ir a la playa', cada verano se marcha un mes a alguna ciudad del Imperio del Centro, donde no haya españoles, para perfeccionar el idioma. De esta forma también conoce mejor la cultura del país.Las escuelas de negocio y facultades españolas, imparten, desde hace varios años, cursos muy solicitados de inmersión en la cultura y en la lengua china. Incluso se han puesto en marcha licenciaturas de Estudios de Asia Oriental en universidades como la Autónoma de Madrid, Pompeu Fabra y Autónoma de Barcelona.

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