La inmobiliaria Lábaro presenta suspensión de pagos
Lábaro se ha visto arrastrada a una situación de falta de liquidez como consecuencia de la crisis que afecta al sector inmobiliario desde el segundo semestre del año 2007, en el que se inició la caída de la demanda de viviendas y se produjo una brusca contracción de la financiación bancaria, que tuvo su origen en la crisis de las hipotecas "subprime" y en la falta de liquidez en los mercados financieros internacionales.
La sociedad Lábaro Grupo Inmobiliario ha solicitado ante los Juzgados de lo Mercantil de Madrid la declaración de concurso, de conformidad con lo que establece la Ley Concursal. La solicitud de concurso ha correspondido al Juzgado de lo Mercantil nº 4 de Madrid.
Tras la declaración de concurso, la actividad de la Sociedad continuará bajo la supervisión de los administradores concursales que designe el Juzgado.
A finales de 2007, Lábaro mostró interés por participar en una fusión entre San José y Parquesol. Su interés por entrar entre las compañías cotizadas se remonta a febrero del año pasado.
Lábaro es la última de una larga lista de inmobiliarias en presentar concurso de acreedores. Cinco de las 22 empresas que integran el grupo inmobiliario Cosmani solicitaron ante el juzgado de guardia de Madrid, la semana pasada, un concurso de acreedores al no poder hacer frente a los vencimientos de una deuda que -según la empresa- asciende a 350 millones de euros.
Pero la crisis no sólo se está cebando con las promotoras inmobiliarias. La constructora SEOP, patrocinadora del Racing de Santander, se convirtió en la primera en solicitar la suspensión de pagos tras las elecciones del 9 de marzo. Igualmente, la constructora de vivienda protegida Prasi solicitó voluntariamente el concurso de acreedores después de reconocer que acumula una deuda de 40 millones. Y la lista continúa: Ereaga, Contsa y el grupo Jale.
Por otro lado, Martinsa-Fadesa, Hábitat y Detinsa se han visto obligadas a refinanciar su deuda.