_
_
_
_
Reunión científica

Una débil protección del inversor y leyes de sucesiones rígidas afectan al buen gobierno

El buen gobierno de las empresas afecta a la confianza que los inversores depositan en éstas y, por tanto, a su capacidad para invertir y generar valor. Es una de las principales conclusiones de la reunión científica mantenida los pasados viernes y sábado en la Fundación Areces para analizar el estado del buen gobierno en las empresas.

Desde la fundación se añade que la importancia de alinear los incentivos entre accionistas, acreedores y gestores es conocida y ha sido objeto de estudio en la literatura económica sobre problemas de agencia y sobre finanzas empresariales clásicas. Por eso, una decena de expertos nacionales e internacionales acaban de poner en común los últimos avances académicos en materia de gobierno corporativo.

Menor crecimiento

Uno los estudios que se presentaron durante las dos jornadas dedicadas al buen gobierno de las sociedades, Leyes de sucesión e inversión en empresas familiares, concluye que una legislación sobre sucesiones rígida reduce los niveles de inversión y de crecimiento de las empresas familiares. Y el estudio, elaborado por los profesores Andrew Ellul (Indiana University), Marco Pagano (Universidad de Nápoles) y Fausto Panuzzi (Universidad Bocconi de Milán), llega a la conclusión de que el efecto es más intenso en aquellos países que cuentan con una menor protección para el inversor.

En aquellos en los que existen más restricciones a que los activos de una empresa puedan legarse a un único heredero el crecimiento de las compañías familiares es menor. Y, de acuerdo con el estudio, España se sitúa entre los diez países con normas sucesorias más restrictivas de entre los 31 analizados.

Italia, Bélgica, Colombia o Noruega son algunos de las naciones que acompañan a España en la falta de flexibilidad sucesoria que impide un mayor crecimiento de las empresas familiares que, de nuevo según los autores del estudio, suponen alrededor del 45% de las empresas medianas y grandes del mundo.

En estos países con normas sucesorias rígidas si un solo heredero se queda con la empresa debe compensar económicamente a los demás familiares para lo que deberá o bien descapitalizar la empresa, acudir a la financiación exterior o reducir las posibles inversiones. El estudio se ha realizado con una muestra de cerca de 13.000 empresas familiares de 31 países.

Archivado En

_
_