Los cimientos del Madrid del siglo XX encaran el XXI
Metrovacesa, uno de los líderes inmobiliarios del Viejo Continente, cumple hoy 90 años.
Metrovacesa, la inmobiliaria española que aspira a mantenerse durante el siglo XXI como uno de los líderes del sector inmobiliario europeo, cumple hoy 90 años. La compañía celebra este aniversario bajo la presidencia de Román Sanahuja, cabeza de la familia que en las últimas décadas se ha convertido en uno de los referentes del inmobiliario catalán. Se fusionan así los cimientos sobre los que descansan buena parte del Madrid y de la Barcelona edificados durante el siglo XX.
Los hermanos José María, Julián y Miguel Otamendi fundaron el 26 de marzo de 1918, junto a Carlos Mendoza Sáez de Argandoña y el Banco Vizcaya, la Compañía Urbanizadora Metropolitana. El grupo levantó en Madrid la Avenida de Reina Victoria y el ya desaparecido Estadio Metropolitano, campo del Atlético Aviación (actual Atlético de Madrid).
Durante las décadas de los años treinta y cuarenta del siglo XX, se crearon la Compañía Inmobiliaria Metropolitana y la empresa Vacesa, cuyo activo principal eran unos terrenos en la capital conocidos como Azca. Esos terrenos estaban considerados entonces como suelo del extrarradio de Madrid. Hoy conforman el centro financiero de la capital española; antes, habían apostado también por la Gran Vía como uno de los ejes principales de Madrid. En 1988, las tres inmobiliarias se fusionaron dando lugar a Metrovacesa.
A partir de los años sesenta, la familia Sanahuja levantó en Barcelona algunos de los complejos residenciales que ahora forman parte del núcleo central de la capital catalana; en 1989 constituyeron la sociedad familiar Sacresa.
En el año 2003 Metrovacesa, de la que eran accionistas la familia Sanahuja, compró la francesa Gecina, bajo la presidencia de Joaquín Rivero, inaugurando unos años de expansión del sector inmobiliario español en Europa.
En 2006, cuando la familia Sanahuja controlaba el 20% de Metrovacesa, ésta inició una batalla por el control de la compañía que terminó, a principios de 2007, con la escisión de la primera inmobiliaria española. En virtud de aquel acuerdo, Rivero mantuvo la propiedad de la gala Gecina y Sanahuja el control de Metrovacesa, compañía a la que aportaría activos de Sacresa.
En la actualidad, Metrovacesa afronta la crisis del sector inmobiliario español y la crisis financiera mundial. Para mantenerse como líder del sector europeo, Metrovacesa busca socios internacionales. La empresa ha sobrevivido a una guerra civil y a dos guerras mundiales, además de a múltiples desencuentros accionariales durante el siglo XX. Experiencia suficiente como para ser optimistas de cara al siglo XXI.
La familia Sanahuja levantó varios edificios en el que hoy es el centro de Barcelona