Carreras hacia ninguna parte
Las materias primas azuzan la incertidumbre
En una ocasión, y como narra Gregorio Doval en su obra 'Anecdotario Universal de cabecera' Mark Twain viajaba en tren por el Oeste de EE UU. Al pedirle el billete el revisor, el escritor buscó y rebuscó en sus bolsillos sin encontrarlo. Tras un buen rato de espera, el revisor, impaciente, le dijo: 'Ya sé quién es usted; es el autor de Huckleberry Finn y de Tom Sawyer, así que no se moleste, deje de buscar el billete, estoy convencido de que lo habrá extraviado'. 'No', contestó Twain, 'no es por usted por quien lo busco, es que necesito encontrarlo para saber dónde he de bajarme, porque no sé dónde voy'.
Algo así les sucede a las Bolsas actuales, no tienen claro cuál es su estación de destino, ante las numerosas incertidumbres que se ciernen sobre ellas. No es extraño que no sepamos a dónde vamos por lo excepcional de la situación que no se daba desde hace varias décadas. Lo peor ahora mismo es esa explosiva mezcla de inflación disparada con la crisis de crédito y además con bajo crecimiento en EEUU, combinación pocas veces vista.
Comentaba el Financial Times que las materias primas han tenido su subida mensual más fuerte en febrero desde la crisis inflacionaria por el petróleo en los setenta. Y, lo que es peor, la subida inicial del año ha sido la más grande de los últimos 100 años. El índice de materias primas Reuters/Jefferies CRB sube el 12% en febrero, su mayor aumento mensual desde febrero de 1974. Entre enero y febrero tiene su mayor subida desde 1956, fecha en que se empezó a calcular. Bernanke dice que no hay peligro con la inflación, pero creo que eso es más un deseo que algo con base.
Las Bolsas sufren un bache en marzo, que se reproduce desde 1999
El pánico entre las manos fuertes se ve muy claro en el hecho de que los inversores se han precipitado sobre los fondos monetarios sin riesgo a una velocidad y por un importe récord. Las manos fuertes solo quieren cash y esperar. Durante la semana han caído incluso fondos que invertían en bonos AAA, que se suponía eran los más seguros.
Hasta las meigas parecen en contra. Marzo es una época del año extraña donde, desde 1999, nadie sabe muy bien por qué, las Bolsas mundiales tienen un bache muy profundo a primeros de marzo como de nuevo sucede, tal y como se puede ver en el gráfico superior. En 1999, 746 puntos; en 2000, tras una subida previa de casi 2.000 puntos, el futuro del Ibex baja 2.708 puntos; más bajadas todos los años siguientes sin excepción.
Hay quien dice que podría ser por el fin del año fiscal en Japón que provoca fuertes repatriaciones de activos en Bolsas mundiales, hay quien dice que son cierres de libros de fondos americanos y hay quien dice que es una simple casualidad, pero ahí quedan las cifras curiosas.
La tendencia sigue siendo bajista y nunca hay que ir contra ella mientras no dé signos de cambio, y de momento no los hay. Con meigas o sin ellas, la crisis de crédito, la inflación y el bajo crecimiento sí son una realidad claramente medible que hace que ahora mismo las Bolsas no sepan a dónde van y sigan sumidas en la incertidumbre. ¿Sus mejores amigos? La sobreventa y el sentimiento contrario.
Cárpatos