La policía detiene a los gestores de un 'chiringuito'
Los responsables de Riverduero CAI han sido detenidos en Valladolid por una presunta estafa de 25 millones de euros a unas 500 personas. La firma invertía en derivados sin cobertura y atendía a los reembolsos de los clientes con las nuevas aportaciones.
Nuevo fraude en el sector financiero. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron el pasado viernes a los dos administradores de Riverduero Centro de Asesoramiento e Inversión (Riverduero CAI), dedicada a la captación de fondos a particulares para su posterior asesoramiento e inversión en los mercados de capitales por una presunta estafa que podría ascender a los 25 millones. Se estima que podrían estar afectadas unas 500 personas, la mayoría de Valladolid, entre clientes, empleados y comerciales.
Las investigaciones se iniciaron tras las denuncias presentadas ante el juzgado el 28 de enero por varios clientes, en las que reconocieron haber confiado 'importantes cantidades de dinero' a la citada empresa para su posterior inversión en derivados. Los demandantes aseguraron que no pudieron recuperar sus fondo, 'a pesar de haberlo intentado repetidas veces'.
Tras las denuncias, el juzgado encomendó con carácter urgente la investigación de los hechos al Grupo de Delincuencia Económica, cuyos agentes concluyeron, tras tomar declaración a varios clientes y recabar información en CNMV y brokers, que la sociedad funcionaba como un chiringuito financiero, es decir, una sociedad que capta ahorro de terceros sin ningún control ni supervisión. La CNMV, que en ocasiones advierte de forma preventiva de posibles shiringuitos, no había avisado de éste.
Además, la empresa no llevaba las cuentas individualizadas con las posiciones de cada cliente -'ni la más mínima contabilidad'-, hasta el punto de que las cuentas que depositaban en el Registro Mercantil 'no se correspondían con la realidad'.
La Policía ha determinado que la firma comenzó a invertir capital procedente de las aportaciones de los clientes a partir de 1999 y 'sin ningún tipo de cobertura', por lo que obtenía 'importantes pérdidas'. Cuando los clientes pedían el reembolso de su capital invertido más los intereses, los administradores lo devolvían, pero con cargo a las aportaciones de nuevos clientes, que se derivaban también al pago de los gastos ordinarios y de mantenimiento de la sociedad como el alquiler de las oficinas o nóminas, 'muy cuantiosas'.
La situación se volvió 'insostenible' a partir del verano de 2007, momento en el que no se podían atender las solicitudes de reembolso de los clientes, lo que derivó en una situación de total iliquidez e insolvencia patrimonial.
Cómo evitar ser víctima de un fraude
Las estafas de tipo piramidal suelen ser el resultado de un cúmulo de malas prácticas estallan antes o después y dejan al inversor sin su dinero. Riverduero no había seguido uno de los pasos fundamentales, como el de estar debidamente registrado en la CNMV para prestar los servicios que ofrecía, un requisito que no debe pasar por alto ningún inversor. Además, la empresa tampoco informaba de forma correcta a sus clientes sobre las posiciones que tomaba en derivados, que entrañan un riesgo muy superior al habitual. Recabar información sobre inversiones y cuentas de una sociedad es otro de los mecanismos para prevenir el fraude.