US Airways se plantea denunciar a BAA por problemas en Heathrow
La empresa busca que se le asegure el combustible
La aerolínea estadounidense US Airways contempla la posibilidad de emprender acciones legales contra BAA, filial aeroportuaria de Ferrovial. El problema que afecta a la compañía es que, al parecer, no se le garantiza el suministro de combustible en el aeropuerto londinense de Heathrow una vez que, el próximo mes, comience a operar nuevas rutas.
El conflicto, hecho público ayer por el rotativo británico The Independent, pone de manifiesto que, con el inminente acuerdo de cielos abiertos, un gran número de aerolíneas ha cerrado acuerdos con BAA para garantizarse el acceso al combustible. Pero no es el caso de US Airways.
La aerolínea argumenta que persigue alcanzar un pacto con la filial de Ferrovial y la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) desde el pasado mes de noviembre. Y es que el 29 de marzo comienza a operar la primera de sus nuevas rutas: Heathrow-Philadelphia.
Como solución intermedia, BAA ha solicitado a sus clientes que cedan parte de su cuota de suministro a US Airways, pero todos ellos se han negado a acudir en ayuda del gigante norteamericano. 'Han hablado con nosotros pero obviamente hemos dicho que no. Somos competencia', argumentan fuentes de una compañía aérea consultada por The Independent. En todo caso, BAA se muestra confiada en tener combustible suficiente y asegura que cuenta con 'planes de emergencia'.
Los problemas de abastecimiento en el aeropuerto de Heathrow se repiten desde el pasado 2005, año en que un incendio acabó con el depósito de Buncefield, compañía que entregaba casi un tercio del fuel consumido en el aeródromo londinense.
BP cuenta con un depósito pero permanece cerrado por cuestiones de seguridad. Al filo de esta noticia, la petrolera se ha mostrado confiada de emprender su servicio a finales de esta primavera.
El citado incendio impulsó un acuerdo entre BAA y la IATA por el cual las aerolíneas aceptaron racionar su combustible. Incluso algunas se vieron obligadas a transportar fuel en exceso o a aterrizar en otros aeropuertos con el fin de repostar en plena ruta.
En las últimas semanas, BAA ya ha tenido que enfrentarse a acusaciones de British Airways, única inquilina de la nueva terminal número cinco, que hacen alusión a la ralentización de las inversiones en materia de seguridad en el aeropuerto de Heathrow.