Las mujeres ponen el orden y los hombres, ambición
Los hombres y las mujeres no son iguales. Al menos en el trabajo: mientras que ellos buscan el éxito y alcanzar puestos directivos, ellas son más responsables y ordenadas. Así lo afirma, al menos, un estudio titulado La personalidad del trabajador contemporáneo, que analiza las diferencias entre los empleados según su sexo, edad y procedencia geográfica.
'Aunque hoy no es muy políticamente correcto incidir en las desigualdades entre los hombres y las mujeres, el test utilizado es científico', asegura Eduardo García Cueto, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo y autor del informe. Según sus conclusiones, la mayor divergencia reside en la ambición: los hombres están más interesados en destacar y tratan de controlar la labor de los demás. Las mujeres, sin embargo, están más dispuestas a 'apoyar a sus superiores' en todo lo necesario, y favorecen un entorno de trabajo más agradable y cordial.
La encuesta, promovida por Randstad y el Grupo Actual, ha sido realizada entre 5.708 empleados de esta primera empresa: un 55,7% de mujeres y un 44,3% de hombres, con una edad media de 29,2 años. Está basada en la herramienta de análisis PAPI (siglas inglesas de Inventario de Personalidad y Preferencias), muy utilizada por los departamentos de recursos humanos para analizar el comportamiento del individuo en el ambiente laboral. 'El método es fiable y no hay nada que objetar a sus resultados', corrobora la psicóloga del trabajo, Helena Thomas. 'Y parece que ratifican los estereotipos que tenemos preconcebidos el hombre y la mujer en el trabajo', añade.
En los motivos de tales diferencias, según el responsable del estudio, confluyen tanto factores sociales y culturales como genéticos. 'Este informe reproduce el estado actual de nuestra cultura', comentó Antonio Pamos, gerente de Grupo Actual. 'Es una fotografía de la población española contemporánea'.
Helena Thomas, sin embargo, matiza que 'una cosa es lo que los hombres dicen ser al responder al test y otra cómo actúan realmente en unas determinadas condiciones de trabajo'. 'Habría que analizar in situ si del dicho al trecho hay, efectivamente, mucho trecho'.
En las divergencias entre hombre y mujer destaca un problema fundamental, aún esencialmente femenino: la conciliación de la vida privada y laboral. García Cueto señaló que, aunque el hombre colabora en las tareas del hogar, es la mujer quien las organiza. 'Las mujeres tienen una mayor capacidad de diversificación; más amplitud de miras', explicó. Sin embargo, se trata sobre todo de una cuestión social: 'Hay muchos roles que el hombre no asume', aclaró García Cueto. 'En una situación límite, la mujer es la primera que sacrifica su vida profesional', subrayó Guillermo Madamé, director de relaciones institucionales de Randstad.
Además, el informe señala también diferencias según la edad y la procedencia: los menores de 30 años son menos sedentarios y valoran más el ambiente de trabajo y la posibilidad de aprender que el salario; mientras que los mayores prefieren crecer dentro de la propia compañía. Finalmente, los candidatos del centro de la Península buscan más una posición de poder y los del sur dan más importancia a las relaciones con los compañeros.