Los cementos se enriquecen con los residuos de la siderurgia
Las empresas se anticipan a una posible obligación de reciclar sus desechos
La siderurgia se jacta de estar entre los sectores más preocupados por el medio ambiente por su dilatada experiencia en recuperar chatarra. Aún así, prefieren adelantarse a regulaciones como la que todavía digiere el sector de la construcción, que se verá obligado a gestionar la reutilización de las basuras que genere, según rige en el real decreto aprobado por el Gobierno el pasado viernes. Aunque la siderurgia ya recupera la mitad de sus residuos, que destina a las fábricas de cemento y gravilla, quiere estar preparada para encarar sin agobios la política de residuos cero por la que apuesta el Ejecutivo.
A fin de afrontar el panorama lo mejor posible, las patronales Unesid (siderurgia) y Oficemen (cemento) se han impuesto el reto de reconvertir hasta un 75% de los residuos de la fundición (escorias, por su nombre técnico) y utilizarlos en la producción de cemento. La práctica les avala, pues las escorias blancas ya se emplean como sustitutos de la roca caliza como componente del hormigón. Sin embargo, no se logró con las escorias negras, aunque estuvieron cerca de conseguirlo. Falló la calidad del producto. Para mejorarla, los representantes de ambas patronales han creado una comisión de expertos que presentará su primer informe a finales de 2009.
De los cuatro millones de toneladas de escorias producidas en España cada año, la industria recupera todas las que se generan en los altos hornos (de carbón). En el caso de los desechos provenientes de las acerías (hornos eléctricos), sólo se pueden aprovechar los residuos blancos, no así los negros. En conjunto, la siderurgia recupera en la actualidad la mitad de sus desechos. Las de tipo negro van directas al vertedero y una muy pequeña cantidad, no cuantificable, 'es reutilizada como gravilla para construir carreteras', precisa Juan Ignacio Bartolomé, secretario general de Unesid. El objetivo de las patronales es 'reciclar 500.000 de los dos millones de toneladas de escorias que se tiran al año', prevé el director técnico de Oficemen, Pedro Mora. Y aunque prefieren 'no vender la piel del toro antes de cazarlo', advierte Bartolomé, 'son optimistas', pese a que el desafío 'puede que sea muy ambicioso'.
Las acerías dejarían de verter al año escorias equivalentes al espacio de diez campos de fútbol
Calculan, de manera halagüeña, que conseguirán recuperar el equivalente a '10 campos de fútbol', compara el director técnico de Oficemen. Esto es, ocho hectáreas de basura menos. Y pese a que no hablan de dinero, está claro que el reciclado supondrá 'una reducción de costes para la industria cementera y abrirá una segunda línea de negocio para la siderúrgica con la venta de escorias', augura Bartolomé.
La siderurgia española facturó 15.000 millones de euros con una producción de 18,5 millones de toneladas durante el pasado año, según datos del sector. Las cementeras, por su parte, comercializaron 56 millones de toneladas por las que facturó 3.700 millones de euros, según el sector.
En cuanto a lo ecológico, el reciclado 'amortiguaría el impacto sobre el medio ambiente al reducir las cantidades de caliza y arcilla extraídas de las canteras', explica Mora. Pues las escorias ya aportan 'el hierro suficiente para producir el cemento común, llamado clinker', calcula. 'Siempre fuimos los primeros en comprometernos', alardea.
El comité técnico empezará por analizar los desechos de las 25 siderúrgicas españolas y ver su compatibilidad con el cemento que se produce en España. La investigación, en una segunda etapa, estará dirigida a vencer la resistencia de las escorias negras al reciclado. Los residuos siderúrgicos menos proclives al pluriempleo.