Europa ayuda a China a deshacer el atasco en su registro de marcas
La oficina del gigante asiático recibe 800.000 solicitudes al año, diez veces más que la europea
La oficina china de registro de marcas recibe cada año 800.000 solicitudes para registrar nombres comerciales de todo el mundo, incluidas las de las empresas locales. La avalancha es tal, que unida a un procedimiento extremadamente complejo y cargado de burocracia, hace que el proceso esté completamente atascado. Y las perspectivas, de no tomarse medidas, no son halagüeñas, ya que el incremento anual de solicitudes es brutal. En el último año, 100.000 más que en el anterior. En un país donde la conciencia del valor de la marca es reciente, casi todo está por hacer.
La Oficina para la Armonización del Mercado Interior (OAMI), o en otras palabras, la oficina europea de marcas, con sede en Alicante, ha firmado un acuerdo con sus homólogos en China para ayudarles a salir del atasco. 'Se trata de ayudarles a mejorar tanto los procesos como la legislación, para que todo sea más rápido y armonizado a la legislación occidental', explica Joao Miranda, director de Asuntos Generales de la OAMI. La Comisión Europea ha destinado 11 millones de euros a este programa de colaboración que tiene un plazo de cuatro años de duración.
La experiencia de la oficina europea puede ser de gran ayuda para el gigante asiático, pese a que el volumen de marcas que se presentan en la OAMI es casi 10 veces menor. Sin embargo, la oficina europea resuelve las solicitudes en un plazo medio de 13 meses, cifra que incluso ha rebajado en tres años desde los 18 meses, pese al incremento de demandas de inscripción y de países -y por tanto lenguas en las que hay que funcionar, hasta 22- que forman la Unión Europea. En 2007, la OAMI superó por primera vez a todas las oficinas de marcas nacionales, incluida Alemania, con 87.500 solicitudes.
La oficina de marcas europea ha superado por primera vez a todos los registros nacionales en solicitudes y ha rebajado a 13 meses el plazo de resolución
'Nuestro primer trabajo en China será formar a sus gestores así como aplicar los procedimientos informáticos que aquí tenemos', explica Miranda, que confía en que el proceso chino se puede simplificar mucho. 'Otro paso será ayudar en la reforma de su ley de marcas, que data de principios de la década de los 90, y que tiene aspectos que pueden mejorarse', añade.
Uno de los puntos que provoca más retraso en el proceso de registro de una marca en China es lo que es la misma oficina la que se encarga, antes de dar por buena una enseña, de hacer una búsqueda de incompatibilidades por todo el catálogo. 'Hay que aplicar la oposición libre que tenemos en Europa, es decir, tienen que ser los propietarios de las marcas los que velen porque no se inscriban otras enseñas iguales o parecidas', apunta Miranda.
Agilizar el registro de marcas en China es fundamental en el mundo globalizado. 'Las empresas europeas sienten que en China no están protegidas en materia de propiedad industrial', apunta el directivo de la OAMI, que insiste en este programa no tiene como finalidad poner fin a las redes de falsificaciones, trabajo que corresponde a otras instancias. Sin embargo, el incremento de la cultura de la marca y la mejora en el proceso de registro sí aportará mayor seguridad jurídica a las compañías de todo el mundo que quieran operar en China.