Por qué merece la pena invertir en pensamiento
Los ingenieros sienten que el trabajo que realizan es invisible para la sociedad
Si alguna vez es abordado por la calle y le preguntan por nombres de prestigiosos arquitectos, será fácil superar la prueba sin pasar apuros. Pero si le piden que cite a algún ingeniero ilustre, el panorama cambia.
No se trata de alimentar viejas rencillas entre estos dos colectivos, ni de restar méritos a unos para otorgárselos a otros, pero lo cierto es que las empresas de ingeniería reconocen que algo tiene que estar pasando para que con demasiada frecuencia tengan la percepción de que su trabajo pasa inadvertido.
Y sin embargo, hay que recordar que la aplicación de sus conocimientos está detrás de todo. Con motivo de la visita a Madrid del Comité Ejecutivo de Fidic, la Federación Internacional de Consultores de Ingeniería, su vicepresidente, Gregs Thomopulos, (EE UU), fue preguntado por la calidad del sector en España. Thomopulos alzó su vaso y dijo: 'prueba de la excelente calidad de las empresas españolas de ingeniería es que tienen en Madrid una de las mejores aguas del grifo que he bebido nunca'.
¿Cómo obtener el mejor resultado? La respuesta es unánime: dedicando tiempo y dinero a pensar. 'Nada es casual y la experiencia nos dice que un contrato muy barato suele derivar en una infraestructura que no ofrece el servicio para el que fue concebida', explica el canadiense John Boyd, presidente de Fidic. Por ello, la presencia de Fidic en España persigue convencer a las autoridades públicas de que toda inversión que se realice en pensamiento, tecnología e innovación redunda en beneficios para toda la sociedad.
'Incrementar el presupuesto para proyectos de ingeniería entre un 0,5% y un 2% puede ahorrar hasta el 20% del total de la inversión prevista en la construcción de cualquier gran obra', recuerda Pablo Bueno, representante español en Fidic.
Este organismo, que engloba a más de 40.000 empresas responsables del 50% de las infraestructuras del mundo, defiende un modelo de selección basado en la calidad y no en el precio. España se encuentra muy alejada de este sistema de contratación, de ahí que la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Tecniberia, defienda un mayor peso en la valoración técnica, así como un precio justo para las ofertas adjudicatarias.
Tanto se han reducido esos precios que las ingenierías denuncian vivir en una subasta permanente, por lo que han ajustado sus márgenes y salarios. 'Se ha perdido esa percepción del ingeniero como profesional muy bien pagado. Ahora cobran sueldos medios-altos, pero a costa de trabajar muchas horas y muchos se decantan por irse a la banca', admite Francisco Cal, presidente de Tecniberia.
Hay tal déficit mundial de estos profesionales (en las escuelas de Madrid las matriculaciones han caído un 20%) que en países como Canadá tratan de reclutar a sus futuros ingenieros desde los institutos. 'Algo debemos hacer mal', lamentan.
Qué ocurre en...
EE UU Las autoridades exigen por ley que a la hora de adjudicar proyectos de ingeniería se tenga en cuenta la calidad y no el precio de la oferta. Las empresas acuden a los concursos con dosieres en los que demuestran su experiencia y valía.
Alemania En los concursos no se presenta ni una sola oferta económica, sólo el currículum de la empresa. El precio se pacta después.
España Dependiendo de la administración licitante, el coste económico pondera más o menos. A igual calidad, el precio siempre acaba decidiendo.
Madrid busca ser referencia en el mundo
El presidente de la Asociación madrileña de Empresas de Ingeniería, Asicma, Rafael Cámara, está trabajando para crear en Madrid un centro de desarrollo de ingeniería capaz de convertirse en referencia mundial del sector. 'Firmaremos acuerdos con las 14 escuelas universitarias que existen en la región con el objetivo de atraer a los mejores profesionales y a las empresas más punteras', señala Cámara.Es España se calcula que existe en la actualidad un déficit de ingenieros de entre 3.000 y 5.000 profesionales cada año.