La familia prefiere la gestión de un profesional
Las empresas familiares contratan cada vez más a menudo a directivos ajenos a la parentela
Imagine que una familia le deja las llaves de su casa y le pide que gestione las labores del hogar. No basta con ser un buen organizador. Hay que tener mucho tacto para no herir los sentimientos de los miembros de la vivienda, ni tratar de cambiar su vida, ni inmiscuirse en su privacidad. Es un trabajo difícil, como el que tuvo Eugenio Hernández, que después de ser el director general de una multinacional fue el primer ejecutivo de una empresa familiar. Cada vez son más las compañías de este tipo que acuden a profesionales ajenos a la parentela para que ocupen altos cargos.
'Allí el trabajo es más satisfactorio que en una multinacional, donde está todo muy encorsetado y no puedes salirte de los procedimientos establecidos, mientras que en la empresa familiar estás más cerca del poder y de la toma de decisiones estratégicas', cuenta Hernández, hoy socio de la firma Seeliger y Conde, una consultoría dedicada a la búsqueda de ejecutivos.
Pero gestionar una firma de esta clase es más complicado. 'El factor de gobierno está completamente condicionado por las relaciones humanas, que es un elemento no racional que no tiene que ver estrictamente con el negocio', explica Luis Huete, experto en coaching y profesor del IESE Business School.
¿Cómo debe ser el directivo de una empresa familiar? No basta con poseer lo más obvio, como experiencia y una buena formación. Es fundamental dominar algo que no se aprende en los MBA (Máster de Administración de Empresas en sus siglas en inglés): el trato con las personas. 'El ejecutivo de estas compañías tiene que tener unas capacidades superiores a la media para lidiar con los sentimientos y las emociones', asegura Huete. Porque el directivo de una empresa familiar debe actuar siempre como un novio astuto en la primera comida con sus futuros suegros: sabiendo cuándo escuchar y cuándo expresar su opinión, y ganándose poco a poco la confianza de los nuevos parientes hasta que su voz sea respetada y sus decisiones aceptadas. 'Tiene que ser capaz de escuchar muchos puntos de vista; necesita poseer la humildad y la paciencia suficientes para respetar las ideas y los valores de la familia', comenta Alejandro Gortari, de la empresa de cazatalentos Zavala Gortari, especializada en la búsqueda de directivos. 'Una conversación en Nochebuena puede cambiar el rumbo de la empresa, y hay que aceptarlo'.
La diferencia con una sociedad anónima es enorme: allí, el propietario es el accionista invisible y anónimo que sólo deja oír su voz en las reuniones de la Junta. En la empresa familiar, por el contrario, los dueños son una o varias personas que siguen de cerca la gestión y tienen la última palabra en la toma de decisiones. Algo que el ejecutivo nunca debe olvidar.
'En la compañía familiar, cuando se quiere realizar alguna inversión importante arriesgas el dinero de la familia, y muchas veces hay que convencer a la tía o al primo que tienen un 30%, y eso es difícil', afirma Alejandro Gortari. 'A un directivo de estas empresas se le tiene que pedir compromiso con la firma, lealtad a la familia y prudencia al expresar sus opiniones', resume Joan Amat, consultor y profesor del Instituto de Empresa Familiar.
Este organismo calcula que hay 2,8 millones de empresas de este tipo en España, aunque es necesario distinguir entre una gran compañía como El Corte Inglés y, por ejemplo, una inmobiliaria de tamaño medio. 'Pero que la empresa sea familiar no es necesariamente un factor diferencial. La clave está en su grado de profesionalización', dice Hernández. Y esta 'profesionalización' es la tendencia dominante: 'En un mundo con compañías cada vez más globales, deben profesionalizarse para sobrevivir', añade. Como resume Luis Huete, 'por muy grande que sea la familia, siempre habrá gente más inteligente entre los millones de personas del resto del mundo, ¿por qué no acudir a ellas?'.
Las cifras
70 es el porcentaje del PIB español que representan las empresas familiares
2,8 millones es la cifra de firmas familiares en España
75 es el porcentaje de empleo privado que genera el sector
25 de las 100 grandes empresas europeas son familiares
Salarios más bajos
Los expertos aseguran que, en general, los sueldos de los directivos de una empresa familiar son menores que los de las grandes compañías no familiares. 'Las familias suelen ser más rácanas, pero te recompensan con un trato más cariñoso', subraya Luis Huete.
Cómo heredar
'El abuelo la fundó, el padre la engrandeció y el hijo la fundió'. Este refrán ilustra el principal problema de las empresas familiares: el de la sucesión. A partir de la tercera generación de propietarios, el riesgo de ruptura y disgregación aumenta. Contratar a un ejecutivo externo puede ayudar a evitarlo. 'Cuando la empresa tiene varias generaciones y el número de familiares que pueden optar a dirigir se dispara, suelen recurrir como solución a un profesional externo', explica Luis Huete. Además, muchas compañías crean un protocolo familiar que regula la entrada de los parientes a los puestos ejecutivos, limita su número y les exige una determinada formación y experiencia.