Días de histeria y alegría en las agencias de Bolsa
Las sociedades de valores y sus clientes viven con perplejidad y nervios una semana de locos
La Bolsa nunca ha sido relajante, pero esta semana puede haber provocado más de un infarto: si el lunes, los nervios de los inversores subieron en una escala directamente proporcional al batacazo de los índices bursátiles; el jueves, la mayor subida en la historia del Ibex 35 enjugaba muchas lágrimas y dejaba en evidencia la extrema volatilidad de los mercados. Para los brokers y los inversores han sido unos días de gran tensión e incertidumbre.
Es miércoles en la agencia de valores Renta 4. Después del desplome del pasado lunes -cuando el Ibex 35 perdió un 7,54%, la mayor caída de su historia-, la Bolsa sigue bajando. Los operadores de la sociedad asisten a los vaivenes del mercado entre agotados y perplejos. 'No hay una explicación clara para lo que está pasando. Los clientes te llaman para preguntar por la situación y ya no sabes ni qué decirles', confiesa uno de los brokers. Como sus compañeros, permanece horas y horas sin despegar la oreja del teléfono ni la vista del ordenador.
Los profesionales de Renta 4 trabajan en una sala que padece de horror vacui: una decena de profesionales se agolpan en varias mesas alargadas y atienden, cada uno, a cuatro monitores y dos teléfonos. A su lado se amontonan periódicos y documentos con cientos de cifras, mientras los valores parpadean sin cesar en las pantallas. Una televisión gigante muestra las últimas noticias de Wall Street. Esta habitación es su casa: allí trabajan en jornadas maratonianas, turnándose, desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche. 'Incluso comemos aquí; nunca nos movemos de las mesas', dice uno de ellos. Y esta semana el trabajo no les ha dejado un minuto de respiro: 'Ha sido una locura: yo trabajo sentado y he terminado cada día físicamente agotado', asegura otro broker.
- No puedo con el 600.
- Yo me he largado a 85.
- Me cierro. He hecho una intra, pero aunque esto se vaya hacia arriba no nos vamos más del doce quinientos.
- ¡14,34!
Una planta más abajo, este tipo de diálogo se repite constantemente. Allí operan inversores particulares, que siguen los movimientos bursátiles en cuatro grandes pantallas y compran y venden valores sentados frente a un pequeño ordenador y muchos vasos de café vacíos.
Hay sólo cinco personas en la sala, 'pero hace años veníamos aquí entre 60 y 70 personas; lo que pasa es que ahora se puede hacer todo por Internet', cuenta Ricardo, un colombiano de 45 años. Parece intranquilo, y su mano tamborilea constantemente sobre la mesa de la computadora. Está perdiendo. 'Y menos mal que he recuperado 1.000 puntos: estaba perdiendo 1.800 euros, y ahora sólo son 300, así que no es para tanto', explica. Está acostumbrado a pérdidas muy superiores. Hace ocho años, cuando estalló la burbuja tecnológica, vio cómo desaparecían en un instante casi 20 millones de las antiguas pesetas. Se arruinó: 'No tenía ni para comer, y tuve que vender mi casa para poder vivir'. Pero su pasión por la Bolsa no le abandonó, y hoy sigue invirtiendo: 'Me dedico al comercio de ropa durante seis meses al año; y el resto del tiempo a esto'.
Ninguno de los presentes quiere hablar abiertamente sobre su profesión. Rafael, de 47 años, dice que está 'retirado' y que antes trabajaba como traductor de alemán. Ahora viene a invertir en Bolsa casi cada día, en una jornada que se extiende desde las 9 hasta las 17.30. Hoy está tranquilo, a pesar de la incertidumbre. Acaba de ganar 200 euros: 'En estos días de tanta volatilidad hay subidas repentinas que, con un poco de suerte, es posible aprovechar', comenta. 'De todas maneras, esto está muy peligroso; estamos viviendo una semana de mucha tensión', rubrica.
La volatilidad ha sido la reina de la semana: al derrumbe del lunes le siguió la euforia del jueves; y el miércoles, por ejemplo, hubo una diferencia del 7,1% entre el punto máximo y el mínimo, casi lo mismo que varió el índice en todo 2007. Para los brokers, estas oscilaciones suponen mucho más trabajo. 'Estos días están siendo horribles, porque las cotizaciones varían cada segundo y no puedes perder ni un detalle', cuenta uno. 'Han sido días muy duros; constantemente recibimos llamadas de clientes que no saben a qué atenerse', dice otro. Abajo, los particulares no encuentran una explicación a lo que está ocurriendo, y discuten entre ellos. 'Este dato tiene que estar mal; nada de esto tiene sentido', exclama Rafael. 'No es normal que Wall Street esté subiendo, cuando se supone que es la economía americana la que está en crisis, y nosotros estemos bajando tanto', comenta Ricardo.
Javier, de 41 años, es el más nervioso de todos los inversores. Hiperactivo, divide su atención entre el ordenador, el móvil y la calculadora; y vive las subidas y bajadas bursátiles como si fuera un partido de fútbol: exclama, injuria, aplaude 'Por el momento, ni gano ni pierdo', dice. Y vuelve a fijar su atención en la pantalla.
A las 17.15, un cuarto de hora antes del cierre, la tensión de la sala sube. Tan sólo 10 minutos antes, el Ibex ganaba un 2,6%. Ahora pierde un 4,21%. Pero Antonio, de 53 años, otro de los presentes en la sala, no está nada preocupado. 'Para mí esto no es más que un hobby', comenta. æpermil;l viene a Renta 4 'de vez en cuando, a la hora de comer', y se lo toma con calma: 'Si gano mejor y si pierdo no pasa nada: yo aquí sólo me juego el dinero que no necesito'.
Brokers y particulares coinciden en que la situación de esta semana ha sido 'totalmente excepcional'. 'Hemos vivido momentos de auténtica histeria, porque en Bolsas muy volátiles es cuando se puede ganar o perder mucho dinero', explica un operador de Renta 4.
Todo termina a las 17.30, cuando cierra la Bolsa española. Los nervios se relajan bruscamente, y los clientes de la agencia se ponen los abrigos y se marchan. Unos van más sonrientes que otros. 'Ha sido un subidón porque he terminado en positivo. Y eso en un día como hoy es todo un logro', sostiene Javier, agotado pero satisfecho. Rafael no se va tan contento. Ha perdido 3.000 euros, pero no parece importarle. 'Seguro que los volveré a recuperar', asegura. Y Javier, exultante, sentencia: 'Esto es una droga'.
Volatilidad
El lunes, el Ibex 35 sufrió la peor caída de su historia, cuando perdió un 7,54%.
Sólo tres días más tarde, el jueves, este índice bursátil batía un nuevo récord y lograba el mayor aumento de su historia. Subió un 6,95%.
Entre el máximo y el mínimo semanal, la diferencia ha sido de un 11,4%.
El Ibex 35 ha perdido un 3,77% en los últimos cinco días.
En lo que va de año, el índice de la Bolsa española ha caído un 13,44%.
Otras casas de análisis
A&G Valores. 'Recibimos el crac del lunes con una sonrisa'En la agencia A&G Valores recibieron la caída bursátil del lunes con un sentimiento a priori sorprendente. 'La verdad es que lo vivimos con una sonrisa de oreja a oreja', asegura Javier Martínez, consejero de esta sociedad. Según explica, habían acertado: 'El viernes tomamos una decisión un poco forzada y nos salimos, y el martes incrementamos la exposición en renta variable para beneficiarnos de una posible subida; y la verdad es que nos ha salido muy bien'. No obstante, Martínez matiza que ha sido una semana 'de mucho trabajo y tensión, aunque estábamos tranquilos por las posiciones acertadas que teníamos'. Y el consejero de A&G finaliza con un mensaje de optimismo: 'El escenario a corto plazo es de gran volatilidad, pero ya se están conociendo los resultados de las empresas y los mercados pronto empezarán a responder'.Interbrokers. 'Tres o cuatro 'brokers' han forzado el mercado'La sociedad de valores Interbrokers sostiene que el batacazo del día 21 fue causado 'por tres o cuatro brokers grandes que forzaron el mercado demasiado hacia abajo'. Así lo afirma Fernando Espinosa, consejero de esta agencia, que explica que esto creó 'una situación de pánico entre los inversores'. En Interbrokers, según Espinosa, la situación se vivió 'al principio con muchos nervios, porque no sabíamos cómo explicar al cliente por qué caíamos tanto; y luego con bastante tranquilidad, porque estábamos seguros de que el mercado se recuperaría'. La labor principal de los profesionales de Interbrokers en esta semana fue, pues, la de calmar a sus clientes: 'Les aconsejamos que no malvendieran sus acciones', explica Espinosa. 'Aunque en derivados es cierto que se ha producido un auténtico descalabro; ha sido algo salvaje', aclara.MG Valores.'Ahora lo mejor es mantener la calma''Esta semana ha sido de mucho nerviosismo'. Tito López, de MG Valores, resume de esta manera unos días que han provocado el pánico en muchos inversores. Las llamadas a la agencia se han multiplicado, y con ellas el trabajo de los brokers: 'La gente estaba muy inquieta, lo que es normal porque hay personas que han sufrido pérdidas muy importantes', cuenta López. Este experto afirma que la crisis 'se veía venir'. 'Aunque yo no me esperaba que la caída fuese tan grande', añade. Sin embargo, y al igual que sus colegas de profesión, López sostiene que 'hay que mantener la calma, tener paciencia y esperar a que la volatilidad baje'. Lo mejor, en su opinión, es esperar a ver cómo evolucionan los datos económicos: 'Está claro que se va a producir una desaceleración, pero no será como para echarse las manos a la cabeza', concluye.