Hoteles y restaurantes no quieren devolver los cascos
Medio Ambiente pretende que la mitad de las botellas de vino sean retornables
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Como antaño, tocará restituir el casco. El 50% de las botellas de vino volverán a ser retornables, al igual que la mayoría de las de cerveza y agua. Por lo menos en hoteles y restaurantes, que absorben el 60% de la producción. Un sector en el que la propuesta de Medio Ambiente, pensada para disminuir los desechables, ha caído como un jarro de agua fría.
Para oponerse a la medida incluida en el Plan Integrado de Residuos 2008-2015 -pendiente de aprobación por el Gobierno-, hosteleros y restauradores alegan costes de almacenamiento inasumibles para la mayoría de los establecimientos, bajo beneficio medioambiental, pérdida de calidad en el producto y su diseño que, dicen, pagará el consumidor. Además, Emilio Gallego, secretario general de la Federación Española de Hostelería (FEH), tacha la medida de 'discriminatoria por dirigirse exclusivamente a horeca (hostelería, restauración y catering) y exonerar a los súper'.
Es el segundo round entre la restauración y la administración que ya en 1999, con la definición del Plan Nacional de Residuos (2000-2006) precedente, ensayó una medida similar, aparcada por el rotundo rechazo del sector. Esta vez, como entonces, hosteleros y restauradores presumen que la propuesta, recuperada por la ministra de Medio Ambiente, tampoco progresará. De hecho, Cristina Narbona adelantó el miércoles que el plan no será aprobado esta legislatura ante la avalancha de alegaciones en contra.
De tramitarse en la próxima, la normativa obligaría a sustituir el actual sistema de distribución enfocado al reciclado por uno basado en la entrega y recogida de los retornables. Para adaptarlo sin salir perjudicados, 'necesitaríamos que retiraran las botellas dos veces al día', calcula Carlos Erburu, director de alimentos y bebidas del hotel ME Madrid de Sol Meliá, donde descorchan unas 70 botellas al día. Cantidad que supera en 50 el restaurante Zalacaín, también en la capital. Carmelo Pérez, su director, observa 'graves dificultades logísticas para ganar metros para almacenaje, habida cuenta del precio del suelo'. Con iguales descorches al día, Abel Valverde, director del Santceloni en el hotel Hesperia, advierte que esa hipotética recogida diaria acarrearía otro impuesto más que, al final, incrementaría 'la factura del consumidor'.
La patronal acusa también a Medio Ambiente de 'ir contra la tendencia natural del mercado'. Su secretario general cuestiona la calidad y diseño de los futuribles envases rellenables. 'Acabarían con el valor añadido de la botella como producto de marketing y estropearían el producto'. Opinión que contradice el sumiller Antonio Gutiérrez, premio Nariz de Oro 2007: 'Un buen caldo no se degrada por el casqueo'.
La opinión de los restauradores es unánime y adelantan que secundarán las alegaciones que presentaron los bodegueros hace dos semanas, los primeros en manifestar su oposición a la propuesta, 'discutida sin convocar al sector', según denuncia Gallego.
En el ministerio asumen las quejas como un error de interpretación, aducen que la medida fue consultada con CEOE y Cepyme, e inciden en que el plan 'fija objetivos deseables y no especifica cómo será la recogida'.
Los hosteleros presuponen que se copiará el modelo ya existente de recogida de los cascos de cervezas, refrescos y aguas. La medida en discusión pretende ampliar sus actuales cuotas de recuperación y pasar del 60% al 80%. No obstante, Erburu considera que 'muy pocos cumplen' y matiza que 'la escasa rotación en los iglús de reciclaje no nos genera más confianza', dice sobre los contenedores de Ecovidrio, que recuperaron 900.000 toneladas el pasado 2007.