Los robots también saben mentir
Hay robots artistas, capaces de conmover a golpe de violín. Otros prefieren el vino, y son capaces de distinguir entre un buen crianza y un caldo a granel. Sin contar con los que resuelven dudas sexuales o problemas a los adolescentes. Los robots pueden evolucionar para comunicarse, pero la comunicación también incluye en una de sus vertientes la mentira. Ellos también saben mentir.
La mentira forma parte del aprendizaje o al menos es una consecuencia. Científicos suizos dieron vida a unos robots con capacidad para aprender y el paso del tiempo ha dejado la mentira en una de sus generaciones.
Los robots tienen un programa neuronal compuesto por 30 genes, lo que define su comportamiento. La prueba a la que se veían sometidos estos androides era enfrentarles a dos recipientes uno de ellos recargaba sus baterías y el otro ejercía el efecto contrario sobre ellos, agotando sus pilas. Mediante un sistema de luces los robots alertan si el recipiente esconde veneno o carga sus baterías. Tras unas cuantas generaciones de androides se ha dado el caso de que algunos robots mienten y catalogaban el veneno como si de alimento en buen estado se tratase. La mentira ya no sólo es cosa de humanos, aunque hay otro dato esperanzador: hay robots con vocación de héroe, que antes de morir envenenados alertaban a sus congéneres.