Neblina en el arranque de año
La bonanza de las 'utilities', reflejo de las dudas.
En la antigua Roma llamaron loco a Virgilio cuando celebró por todo lo alto el funeral de una mosca. Le costó 800.000 sestercios romanos; es decir, al cambio actual, del orden de los 120.000 euros. Sin embargo, de loco no tenía nada. Virgilio había averiguado que las autoridades romanas iban a promulgar una ley de expropiación de tierras para entregarlas a los soldados. Pero había una excepción: no serían expropiadas las tierras de aquellos propietarios que tuvieran tumbas en ellas. Por supuesto, en su momento, Virgilio alegó que había un mausoleo funerario con una tumba en el centro del terreno, y ganó el pleito.
El gráfico representado encima de estas líneas da que pensar. No se parece en nada al del Ibex, que últimamente ha sufrido lo suyo, y sin embargo pertenece a un índice europeo normal, no a una Bolsa alienígena... ¿Quién puede estar tan loco para comprar lo que indique, sea lo que sea? Como le pasó a Virgilio, de locos no tienen nada, quizá sean inversores prudentes que intentan adelantarse a problemas futuros. Es el índice europeo de utilities, al que pertenecen empresas como Iberdrola o Unión Fenosa. Como ven, su evolución es ajena a los problemas bursátiles actuales y su tendencia alcista es perfecta.
Pero su bonanza es precisamente un mal augurio, ya que obedece en gran medida a que se ha convertido en el sector refugio por excelencia para aquellos que temen muy seriamente a la recesión en EE UU, debido a que es un sector que suele resistir bien estos periodos, junto con cuidados de la salud, alimentación y tabaqueras.
Por tanto, es imprescindible saber si habrá recesión o no. El problema de las recesiones, aunque implican malos periodos bursátiles, no es sólo que los mercados bajen en menor o mayor medidas, pues ésta es una cuestión muy variable y relativa. Según un estudio de FacSet, desde 1960 la media en días que tarda Wall Street en recuperarse definitivamente de las bajadas y problemas bursátiles que producen las recesiones es de cerca de 600 días. Es decir, si se entrara en recesión, o las Bolsas nos matan a sustos o a aburrimiento lateral. Este es el problema, lo que cuesta volver a la normalidad.
Además, no esperemos la ayuda oficial para discernir el dilema. Si uno ve en qué momento el organismo de EE UU que se encarga de declarar las recesiones, el NBER, reconoció que se estaba en ellas, en todos los casos, esto sucedió cuando ya se había terminado o faltaba poco. Por ejemplo, la que empezó en EE UU en el verano de 1990 no fue reconocida hasta abril de 1991, y la última del año 2001 hasta que estaba en su último mes.
Con esto en la mente de los operadores, el mercado está resbaladizo. Lo mejor es ser prudente hasta que se resuelva el dilema ¿Es de locos intentar averiguar si hay recesión o no? Como ya le pasó a Virgilio con su mosca, desde luego que no. Es clave ver si aguantan los soportes técnicos de los grandes índices. Mientras aguanten, la tendencia a medio plazo es simplemente confusa y lateral, pero aún no bajista, el corto plazo ya es otro cantar.