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Automoción

Piëch asegura a la Justicia que desconocía el uso de fondos de VW

El hombre más poderoso de la industria de la automoción alemana parece haber salido airoso de su compromiso ante la justicia. Ferdinand Piëch, presidente del consejo de vigilancia de Volkswagen, compareció ayer como testigo en el caso que juzga el desfalco de unos 2,6 millones de euros provenientes de los fondos de la multinacional automovilística para sufragar viajes de placer y visitas a burdeles para los miembros del comité de empresa, sobre todo al que fuera su presidente hasta 2005, Klaus Volkert.

Pese a haber sido citado únicamente como testigo, Piëch, de 70 años de edad, corría el peligro de cambiar su condición a la de imputado si la fiscalía hubiese encontrado motivos para ello. Algo que finalmente no ha sucedido. De hecho, el fiscal incluso introdujo a Piëch en la lista de sospechosos en noviembre pasado.

'Si hubiera sabido algo, lo hubiera seguido y cortado con vehemencia', aseguró ayer Piëch ante la corte que juzga el caso en la ciudad alemana de Braunschweig (en el Land de Baja Sajonia). También afirmó que en ningún momento de su mandato como presidente del consejo de administración de (entre 1993 y 2002) tuvo conocimiento que miembros del comité abusaran de los gastos reembolsados.

Según explicó, en la empresa existen entre 6.000 y 7.000 cuentas corrientes, y que no tiene por qué revisarlas a menos que sea informado de irregularidades.

Una víctima

Este caso ya se ha cobrado una víctima. Peter Hartz, antiguo responsable de recursos humanos de la empresa y asesor del ex canciller alemán Gerhard Schröder, para quien elaboró una polémica reforma laboral, fue condenado a principios de 2007 a dos años de libertad condicional y a pagar 576.000 euros. En su declaración Hartz exculpó a Piëch.

Según explicó ayer el directivo, VW estaba en una condición 'catastrófica' cuando asumió la presidencia en 1993. Hartz evitó unos 30.000 despidos gracias a los pactos alcanzados con los trabajadores, que pusieron fin a la semana de cuatro días.

El veredicto está previsto para el 27 de marzo próximo.

El poderoso sobrino de Porsche

Ferdinand Piëch no es un directivo cualquiera en la industria de la automoción. Para empezar -y pasando por alto su condición de disléxico- es sobrino del mítico Ferdinand Porsche, el fundador de la compañía que lleva su nombre y el diseñador del mítico escarabajo. Piëch ocupó la presidencia del consejo de administración de la compañía entre 1993 y 2002, año en el que dejó el puesto al ex presidente de BMW, Bernd Pischetsrieder, quien comenzó a aplicar un duro ajuste para solventar los efectos de alguna de las decisiones adoptadas por Piëch.Entonces, sin embargo, comenzó una lucha de poder entre ambos ejecutivos, que se saldó finalmente con la salida del segundo, que fue sustituido por el ex responsable de Audi, Martin Winterkorn.

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