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Aerolíneas

La dirección de Iberia pide que el consejo apruebe el pedido de aviones de largo radio

Iberia pide a su nuevo dueño, Caja Madrid, que decida de inmediato la renovación y ampliación de su flota de largo radio si desea empezar a recibir los nuevos aparatos (de 40 a 50) dentro de cuatro años. La venta de la compañía y los problemas con los pilotos han retrasado una inversión de 6.000 millones.

La renovación de la flota de largo radio de Iberia (hoy tiene 32 aviones) se ha convertido en el problema más antiguo y recurrente de la compañía. Desde que fue redactado el actual plan director cuya vigencia de tres años termina en diciembre, estaba planteaba como prioridad la sustitución de los aparatos más veteranos de esta flota: 18 aviones Airbus 340-300 a los que se considera caros ya que están equipados con cuatro motores. A la vez, se sopesaba un importante crecimiento de los vuelos con Latinoamérica y se planteaba elevar los recursos hasta 50 o 60 aviones.

Desde un principio, la formalización de este pedido, que puede suponer una inversión de 6.000 millones, se ha enfrentado a incapacidad crónica entre Iberia y el Sepla para llegar a una pacto con los pilotos de la compañía sobre las condiciones de productividad que hagan rentable tan importante compra. Sólo con la celebración de los últimos comicios en el sindicato y la elección de Justo Peral como representante del colectivo se ha abierto alguna esperanza de acuerdo.

La renovación de la flota de los aviones transoceánicos de Iberia se ha topado también y durante el último año con otro muro infranqueable. Desde que en febrero del año pasado el consejo declaró que la aerolínea se encontraba en venta, no ha existido la menor posibilidad de que unos propietarios, obsesionados con desinvertir, se atrevieran a adoptar una decisión de tal calado. De esta manera han pasado doce meses sin que el consejo haya podido ni siquiera introducir en su agenda de discusiones este asunto.

La operación de la renovación de los aparatos de largo radio sumará 6.000 millones de euros

Una vez que, el pasado mes de noviembre, Caja Madrid se hizo con una posición dentro del capital que le da la posibilidad de promover y hacer aprobar decisiones de calado, los responsables de flota de la aerolínea intentan que los nuevos dueños estudien el asunto y tomen cuanto antes una decisión, sin esperar a la celebración de las próximas elecciones generales de marzo.

La urgencia de aprobar cuanto antes la compra de nuevos aviones intercontinentales se debe, en primer término, a las necesidades citadas de contar con aparatos más económicos en cuanto al consumo de combustible y multiplicar la oferta de vuelos a Latinoamérica. Pero también viene obligada por el calendario de entregas de los nuevos modelos de aparatos entre los que Iberia quiere optar en esta compra.

Estos modelos son el Boeing 787 y el Airbus 350 y ambos están todavía en fase de desarrollo. El primero, el B-787, está previsto que haga su primer vuelo en mayo, aunque ya ha tenido varios retrasos. La primeras fechas de entregas de aviones disponibles a las que podría aspirar la aerolínea española se sitúan en el año 2012. Por su parte el Airbus 350 entrará en servicio en 2013 y la primera fecha de entrega a la que podrá aspirar Iberia se sitúa dos años más tarde.

Iberia, por otra parte, ha decidido que le interesa tener una flota de unos seis aviones supergrandes. Las opciones en el mercado son el nuevo Boeing 747 y al Airbus 380. Este último aparato ha sido comprado por sus competidores en Latinoamérica, Marsans y Air France, pero resulta demasiado grande para las necesidades de Iberia.

A la búsqueda del equilibrio

Caja Madrid y British Airways, los dos principales accionistas de Iberia, han mantenido intensas conversaciones en el último mes para intentar llegar a un acuerdo sobre el nuevo equilibrio de poder que se va a establecer en la compañía una vez que la empresa financiera española se haya convertido en el primer accionista con el 23% del capital, tras comprar su parte a BBVA y a Logísta. El contenido de los encuentros se mantiene en la más estricta confidencialidad, aunque fuentes cercanas al proceso creen que las partes han logrado superar el clima de animadversión que se había establecido entre ambas durante los 10 años que compartieron el consejo de Iberia durante la anterior etapa.Por otra parte, fuentes de la patronal de las compañías aéreas ALA, aseguraron que la cuantía de la reclamación que las aerolíneas han presentado por los problemas de entrega de maletas en la T4 de Barajas en 2006 suma 900.000 euros.

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