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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Contra la plaga de agoreros

Hacía falta sólo un empujoncito y ya están aquí. Lo estaban deseando. Ha bastado abrir un resquicio la puerta para que entren en tromba. Son los agoreros. Esa plaga representativa de la España cabreada y cejijunta que maneja con soltura navajera el te-lo-dije, seguido de una sonrisa de satisfacción basada en qué bien que todo va mal.

Sí, la economía está dando señales claras de ralentización. El mercado inmobiliario y la construcción residencial se frenan, los precios de los pisos van a empezar a bajar, la inflación está lanzada, el empleo ya no crece como antes y el paro aumenta hasta los niveles de la anterior legislatura. Por si fuera poco, la industria no muestra síntomas de fortaleza y los sectores de servicios y exterior carecen de pujanza suficiente para tirar solos del PIB. Como guinda, el petróleo se pone en la bonita cifra de 100 dólares y, en un escenario de incertidumbre, aún es posible que la economía de Estados Unidos entre en recesión y exporte más nubarrones que sus malhadadas hipotecas basura por todo el mundo.

Todo esto lleva a una caída de la confianza de los consumidores, tanto en la situación actual como sobre las expectativas. Para colmo, la Bolsa empieza el ejercicio fuertemente a la baja, zarandeada por tantas incertidumbres. Y encima van y suspenden el Dakar.

El peor síntoma de todos es que estas Navidades, que se sepa, nadie ha tenido que hacer cola para comprar una paletilla de cordero para la cena de Nochebuena, ni un teléfono móvil de última moda para Reyes. Si acaso, para comprar una Wii de Nintendo -la sensación de la temporada-, porque al iPhone aún le queda tiempo para llegar.

En fin, que la economía sólo va crecer al 3%, e incluso puede llegar a un 2,5%. ¡El acabóse!

Sería un alarde de estulticia ignorar los malos datos y el trabajo que hay por hacer. Tanto como no reconocer que se ha perdido tiempo para acometer reformas que ahora van a ser más difíciles. Pero de ahí a que estén cayendo chuzos de punta hay unos cuantos portales.

En los comportamientos económicos tienen mucha relevancia los sentimientos. Y algunas encuestas dicen que los españoles empiezan a mostrar pesimismo por la situación económica. Por eso son tan indeseables los agoreros. Las noticias que llegan no son buenas. Sólo faltan los augures cenizos con su pertinaz calabobos para hacerlas peores. Como para pedir a los Reyes Magos que no nos los traigan.

Juan José Morodo. Subdirector

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