La renta fija se convierte en una rémora para las carteras conservadoras
La debilidad de la renta fija ha colocado a los planes de pensiones en uno de los niveles más bajos del año en rentabilidad. El conjunto de las carteras presenta este año una rentabilidad media, ponderada según patrimonios, ligeramente superior al 3%, por debajo de la media histórica de los tres últimos años, que supera el 5% y de la media de los cinco años atrás, que se sitúa también en torno al 5%, aunque en el primer caso gracias a la renta variable y en el plazo más largo debido a las elevadas rentabilidades que ofrecieron los bonos en la fase de entrada de España en la Unión Monetaria.
Ahora, con expectativas de tipos de interés bastante inciertas aunque ligeramente escoradas a la baja, la renta fija no está en condiciones de aportar mucho valor añadido a las ganancias de los planes. La renta fija a largo plazo, por ejemplo, está lejos del 1% de rentabilidad anual por una mezcla de debilidad de los bonos y de hundimiento del dólar ante el euro, ya que los activos en divisa extranjera que tienen los planes de pensiones españoles, si bien no tienen un peso elevado en la cartera total, condicionan de forma notable las ganancias del conjunto. Y en donde más se nota este deterioro del valor de los activos en divisas es en los planes de renta fija a largo plazo además de en algunos planes de renta variable especializados en dólares. Hasta el punto de que es el único segmento de la renta fija en el que se pueden encontrar planes en pérdidas debido al doble efecto negativo de las valoraciones de los bonos y del impacto de la caída del dólar.
Los fondos de renta variable son los únicos en los que se pueden encontrar rendimientos superiores a los dos dígitos y que, en términos globales, ofrecen una rentabilidad atractiva y con capacidad para superar ampliamente la tasa de inflación. Con rendimientos por encima del 8% ( casi el doble del IPC) hay medio centenar de planes en renta y algunos mixtos con mayor exposición a las Bolsas.