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CincoSentidos

El salvoconducto que lleva al despacho del presidente

Aguirre Newman reúne a 30 secretarias de alta dirección en Madrid.

Secretaria viene de secreto'. Así empezó José Luis Casado, socio de Accenture, una charla en un encuentro de secretarias de alta dirección que organizó la consultora Aguirre Newman. 'Vosotras sabéis secretos de vuestros jefes que hasta sus mujeres desconocen', prosiguió ante un auditorio formado por una treintena de secretarias. Sus palabras levantaron risas y miradas de complicidad.

Pero la comida organizada por Aguirre Newman no era para contar secretos, tenía como objetivo reunir a profesionales que hablan a diario por teléfono pero que, hasta entonces, no se conocían personalmente. 'Es una manera de poner cara a las voces y de hablar de asuntos de nuestra profesión', explicó Rocío Taboada, secretaria de Ángel Serrano, director general de negocio de Aguirre Newman y que ejerció de anfitriona. En el encuentro había secretarias de altos directivos de GMP, de Garrigues, de Caja Madrid, del Real Madrid o de Martinsa, entre otras conocidas compañías.

Por reminiscencias del pasado y prejuicios se tiende a menospreciar su papel dentro de una organización. Craso error. Su influencia es mucho mayor de la que se desprende del organigrama oficial. Los expertos lo llaman poder informal. Por ejemplo, para llegar al presidente de una compañía suele ser más útil tener una buena relación con su secretaria que conocer al vicepresidente.

Ellas lo corroboran, sabedoras del gran ascendente que tienen sobre su jefe. Elena Davalillo, secretaria de Antonio Garrigues, presidente del prestigioso bufete Garrigues defiende que 'la secretaria es un filtro. Si alguien quiere ver a mi jefe, está en mi mano. Además, sé cuándo es el mejor momento para hablar con él'.

Las secretarias de alta dirección son la mano derecha de los altos ejecutivos, sus escuderas, las personas que no sólo organizan su agenda laboral sino que, muchas veces, también se preocupan de temas familiares. Ello crea a lo largo de los años un fuerte vínculo entre el jefe y la secretaria que trasciende del mero contrato laboral.

Tanto Davalillo como Taboada reconocen que se establece un vínculo de lealtad más allá de la propia empresa. 'Lo he pensado muchas veces y es probable que si él Ángel Serrano cambiara de empresa yo me iría con él', dice. La relación es tan estrecha que Rocío es la madrina del hijo de su jefe.

En tiempos de paridad, sorprendió que en el encuentro no hubiera ninguna presencia masculina. Además, todos los jefes de las secretarias allí presentes son hombres. Davalillo apunta una posible explicación. 'En este trabajo es importante ser ordenado y cuidar los detalles y, en esto, las mujeres somos mejores'.

Eso sí, según un estudio de 2005 de la empresa Secretaria Plus, la mayoría preferiría que se las denominara asistentes o ayudantes de dirección para ganar consideración social y escapar de los tópicos que rodean a esa profesión.

No existe una carrera universitaria para ser secretaria de dirección. La mayoría ha cursado estudios de secretariado y el porcentaje de universitarias es de un 25% en el gremio.

El dominio del inglés se ha convertido en un requisito casi tan importante como poseer estudios. De hecho, Rocío Taboada, de Aguirre Newman, estudió arquitectura de interiores. Finalmente, se convirtió en secretaria de dirección porque domina el inglés y el francés. 'Hay algo de vocación', confiesa. Según el estudio de Secretaria plus, un 38% de las 2.300 secretarias de dirección llegaron a esta profesión por casualidad y un 58%, por vocación.

Cuando ellas hablan de sus jefes y de su profesión

Elena Davalillo: 'Antonio Garrigues es muy sociable y amigable''Antonio Garrigues es un hombre que impresiona a primera vista, pero es muy sociable y amigable', cuenta la secretaria del presidente de uno de los bufetes de abogados más importantes de España. Elena Davalillo es la encargada de organizar su agenda y filtrar sus llamadas. Entendió el nivel social que ostenta su jefe cuando le pidió el número de DNI y Antonio Garrigues le respondió: búscalo. 'æpermil;l lo desconoce, no puede ocuparse de estos temas. Actos cotidianas como sacar dinero de un cajero automático, no los realiza'. Davalillo habla con respeto y admiración de Antonio Garrigues. Lo conoce bien, pues lleva ocho años a su lado. Recuerda especialmente el día que los Reyes visitaron la sede de Garrigues. Ella no oculta su deseo de terminar su carrera profesional junto a su jefe actual.Rocío Taboada: 'Los tópicos sobre secretarias me molestan y son falsos''Las cosas han cambiado mucho y los tópicos son falsos. Las secretarias no nos pasamos todo el día cuchicheando, ni hablando por teléfono ni nada de eso', dice, tajante, Rocío Taboada. Lleva siete años trabajando con Ángel Serrano, director de negocio de Aguirre Newman. 'La relación más larga de mi vida', dice riéndose. 'Gran trabajador, adicto al trabajo, divertido y exigente', son algunos de los adjetivos que utiliza para describir -y elogiar- a su jefe. Y, según cuenta, cuando el jefe es adicto al trabajador obliga, de alguna forma, a que la secretaria también lo sea. æpermil;l tampoco ahorró piropos para Taboada durante el encuentro de secretarias. 'El secreto del éxito está en rodearse de personas mejores que tú', concluyó el presidente, en una clara referencia a su secretaria.

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