El rascacielos de Cajasol en Sevilla revoluciona el mercado de oficinas
La torre, de 178 metros de cristal y cerámica, acogerá la sede de la caja y de 250 empresas.
Será un rascacielos de cristal, bioclimático y envuelto es un 'encaje' de cerámica que revolucionará el mercado del alquiler de oficinas en Sevilla. La torre de Cajasol, que albergará la sede de la entidad en un tercio de su superficie y reservará el resto para arrendar, se convertirá en 2010 en el edificio más alto de Andalucía y en su mayor hito dentro del exclusivo mercado de las sedes emblemáticas para alquiler de oficinas, un segmento sin desarrollar todavía en la comunidad. La caja sevillana, fruto de la fusión de El Monte y San Fernando, comercializará con este proyecto firmado por el arquitecto argentino César Pelli unos 30.000 metros cuadrados de oficinas de alto standing y 14.000 de zonas comerciales a orillas del Guadalquivir, en la Isla de La Cartuja, una zona que ya está posicionada como la más cara de la capital andaluza. La entidad, que no ha adelantado los precios del alquiler, espera una rentabilidad del proyecto del 9%.
El rascacielos de Cajasol, según explicó ayer su presidente, Antonio Pulido, durante la presentación del proyecto definitivo, acogerá unas 250 empresas en un edificio central de 178 metros, 43 plantas y más de 300 millones de inversión. Un centenar de compañías ya han mostrado su interés por instalarse en tan privilegiado enclave, que sin embargo debe resolver con los criterios del Ayuntamiento los problemas de tráfico que arrastra ahora y que se agravarían con el tránsito de la torre.
El rascacielos, que ha generado polémica en Sevilla por superar ampliamente la altura omnipresente de la Giralda, orientará su eje hacia el emblemático monumento sevillano en señal de 'respeto y deferencia', según confesó ayer César Pelli.
Para contentar a los sectores que con más pasión defienden las tradiciones de la capital andaluza, la torre y el complejo que la acompaña lucirán en colores tan sevillanos como albero y terracota. Y para proteger el vidrio del sol, el rascacielos se revestirá de material cerámico en lugar de madera, como se proyectó inicialmente. Además, incorpora medidas bioclimáticas como parasoles para evitar las altas temperaturas de la ciudad.
Junto a la torre se sitúan dos edificios anexos a menor altura, una plaza, jardines, una calle comercial, una zona de congresos, otra deportiva y un mirador público rodeado de árboles en la última planta. En este punto, la torre volverá a rivalizar con la Giralda entre turistas y sevillanos por las excepcionales vistas que tendrá sobre la capital. El proyecto se completa con tres niveles de aparcamiento para 3.000 vehículos.