Aprobado el 'Manhattan' de Cullera, donde se construirán 35 rascacielos
El Manhattan de Cullera tiene vía libre. La Comisión Territorial de Urbanismo de Valencia, que depende de la Generalitat Valenciana, dio ayer el visto bueno al macroproyecto urbanístico que se situará en el margen izquierdo de la desembocadura del Júcar en la costera localidad valenciana. El plan prevé la construcción de hasta 35 rascacielos para concentrar en vertical toda la edificabilidad de los 610.340 metros cuadrados de suelo.
El plan de La Bega, nombre oficial del desarrollo, fue diseñado por el Instituto Valenciano de la Vivienda, organismo público de la Generalitat y ha sido polémico desde su presentación hace unos años, tanto por las características de la construcción, un bosque de torres de hasta 25 pisos de altura, como por los problemas medioamientales que conlleva. De hecho, en 2005, a través de un informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar, se puso en duda la existencia de agua suficiente para atender un complejo al que podrán trasladarse hasta 20.000 personas. Cullera no llega a los 25.000 habitantes, aunque en los meses de verano aumenta notablemente. Un informe municipal asegura que sí hay recursos hídricos suficientes.
El acuerdo de ayer sólo pone una condición, y ésta se refiere a los accesos, ya que las licencias de habitabilidad de las viviendas que se construyan sólo se otorgarán cuando estén finalizadas dos carreteras. Cullera tiene graves problemas de tráfico, dado que la localidad está rodeada por una montaña.
El agente urbanizador, es decir, el encargado de realizar la parcelación y construir las dotaciones será el Ayuntamiento de la localidad. Sobre los solares que queden libres se construirán las torres. Fuentes inmobiliarias apuntan a que en esta zona tienen terrenos empresas como Ballester o Blauverd.
El expediente de esta urbanización debe volver ahora al consistorio de Cullera para la aprobación final y a partir de ese momento podrían comenzar las obras.
Pegado al Brosquil
La Bega es una de las pocas zonas de Cullera que están sin urbanizar. La otra está al lado derecho de la desembocadura del Júcar, llamada El Brosquil.
Los derechos de urbanización de esta zona se los compró Llanera a Paco Roig.