Sarkozy accede a negociar la reforma de las pensiones en los sectores afectados
Los sindicatos ganaron la primera batalla de la 'huelga' y arrancaron un principio de acuerdo para negociar empresa por empresa la reforma de las pensiones. No obstante, Sarkozy insistió en que de estas negociaciones no se pondrá en duda la base de la reforma.
Francia vivió de nuevo ayer el caos en los transportes de todo el país, debido a la huelga convocada por la mayoría de sindicatos del sector público, que se oponen a la reforma de los regímenes especiales de pensiones defendida a ultranza por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.
Al igual que durante la jornada del 18 de octubre, cuando los sindicatos lanzaron su primer pulso al Gobierno y a las promesas electorales de Sarkozy, que quiere reformar todo el país, Francia funcionó a medio gas por la parálisis de los transportes públicos.
En París, centro neurálgico de un país muy centralizado, pudo tomarse el pulso del alcance del movimiento de protesta. Los atascos alcanzaban hasta 300 kilómetros ya a las 6,30 de la mañana, por unos parisienses previsores, que intentaron llegar a tiempo a sus centros de trabajo saliendo antes de lo previsto. Metro, tren de cercanías y trenes de alta velocidad eran casi inexistentes a primera hora de la mañana. Sin embargo, a medida que el día avanzaba, algunas líneas de cercanías, como la que conduce al aeropuerto, tradicionalmente nula en estas jornadas, funcionaron a medio gas, pero funcionaron. También los paros tuvieron menos fuerza.
Al margen de algunos espectaculares cortes de electricidad en la eléctrica EDF, la jornada de huelga registró un menor seguimiento en el resto de empresas públicas convocadas.
A tres bandas
Las manifestaciones, que se sucedieron en varias ciudades del país, precedieron a un principio de acuerdo entre sindicatos y Gobierno. El secretario general de la CGT, central mayoritaria, Bernard Thibault, tendió la mano al Gobierno, aceptando negociar cada régimen especial sector por sector, a tres bandas, con las empresas y con el Estado.
Ahora bien, Sarkozy dejó ayer claro que las negociaciones no pondrán en duda la base de la reforma, que persigue igualar los años de cotización de estos regímenes al resto del sector público, pasando de 37,5 a 40 años. Esta medida afectaría a 500.000 empleados de cuatro grandes empresas públicas: la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), la Red de Transportes de París (RATP), Gas de Francia (GDF) y Electricidad de Francia (EDF).
La ambigüedad reinó hasta última hora de la tarde de ayer entre las organizaciones sindicales. A pesar de saber que tienen en contra a la opinión pública y de abrir la vía de la negociación con el Ejecutivo, la CGT y el resto de centrales sindicales votaron a ultima hora de ayer a favor de prolongar la jornada de la huelga hoy, aunque auguraron que tendría menos incidencia en los transportes.
Los universitarios se oponen a la 'privatización'
La protesta estudiantil contra el proyecto gubernamental de dar mayor autonomía a las Universidades subió ayer de tono, después de que las fuerzas de seguridad desalojaran por la fuerza a 200 huelguistas que bloqueaban la entrada a varias facultades de Nanterre, a las afueras de París.El movimiento estudiantil ha ido tomando fuerza en los últimos quince días. Ayer, hasta 33 de un total de 85 centros universitarios que cuenta el país sufrían bloqueos en sus actividades. La protesta tacha de 'deriva hacia la privatización de la Universidad' la propuesta de ley de la ministra de Educación, que prevé otorgar mayor autonomía presupuestaria, de gestión y de organización de los recursos humanos, así como estrechar sus vínculos con las empresas y fundaciones privadas.