El iPhone pone en guardia incluso a Scotland Yard
El viernes se demostró. Cientos de fans aguantaron frío, lluvia, viento y colas incluso de madrugada y con unos 400 euros en el bolsillo para hacerse con el teléfono móvil más famoso del mundo. El iPhone, el archiconocido híbrido de celular y reproductor de música de Apple, no sólo levanta pasiones en Estados Unidos. En Europa también funciona, como se vio en los dos países que tuvieron la primicia de la venta en el Viejo Continente: Reino Unido y Alemania.
Pero las ramificaciones del éxito van mucho más allá de lo previsto en los manuales de la ortodoxia e involucran incluso a las fuerzas del orden. Y no porque hubiera que aplacar a las multitudes ansiosas de tener en sus manos los primeros iPhones en venta, porque las colas, aunque las hubo tanto en Alemania como en Reino Unido, no llegaron ni de lejos a los registros del primer día de venta en Estados Unidos. No, las precauciones policiales no temían por los futuros dueños, sino por los ya propietarios y les conminaba a no publicitar su compra.
Y es que el móvil de Apple ha movilizado incluso a Scotland Yard -el también archiconocido cuerpo de policía de Londres-. La organización ha alertado a los compradores para que no alardeen de su terminal. 'Estamos al tanto del lanzamiento del iPhone de Apple y queríamos solicitar a los compradores que no atraigan la atención sobre ellos mismos cuando usen el teléfono móvil en público', citaba el diario Daily Telegraph como recomendación policial. El temor es que se disparen los hurtos callejeros, porque Scotland Yard tienen claro que si hay muchas personas dispuestas a pagar 400 euros por un móvil, también hay otras cuantas que prefieren quedárselo por nada.
No se sabe si la recomendación será seguida cuando se aplaquen los ánimos de los nuevos dueños del iPhone, pero el primer día la vigilancia de la norma fue escasa. Al primer europeo que se hizo con uno no le importó que su nombre y su cara salieran en fotos e informaciones de medio mundo, al posar con una amplia sonrisa en la boca junto a un ejecutivo de Deutsche Telekom, la operadora que ganó la exclusiva de la distribución en Alemania.
Eran exactamente las 0:00 horas del 9 de noviembre en Colonia, en la tienda que Deutsche Telekom destinó a ser la primera del Viejo Continente en vender el iPhone.
En el resto de Alemania hubo que esperar a horas más tradicionales de la mañana para hacerse con el móvil, mientras que en Reino Unido decenas de bloggers se quejaban amargamente por el castigo de tener que aguardar hasta las 18.02 horas para tocar el iPhone británico. Pero las críticas no mermaron las expectación. Las colas en Reino Unido -ahí ya sin lluvia y con menos frío que en Alemania- comenzaron antes de la seis de la mañana en la tienda más emblemática de Apple en el centro de Londres. Los fans no querían quedarse sin su teléfono, aunque no había riesgo de desabastecimiento. Ni Telefónica, dueña del contrato exclusivo de venta en Reino Unido a través de O2, ni Deutsche Telekom han querido dar las cifras, pero las dos acapararon cientos de miles de iPhones para satisfacer cualquiera que fuera la demanda. En Alemania se habían vendido 10.000 móviles durante la mañana. Para determinar el éxito habrá que esperar a cifras oficiales en un periodo algo más extenso. En EE UU se han vendido 1,4 millones en tres meses y medio. ¿Estará Europa a la altura de la iPhonemanía americana?
A falta de cierto reposo para hacer balance, las pocas horas de venta del iPhone en Reino Unido y la jornada completa en Alemania decepcionaron algo a los que esperaban masificaciones en la puerta de todas las tiendas. Así lo reflejaba la agencia Reuters en la crónica de la jornada alemana, sobre todo si se tiene en cuenta que en Estados Unidos los fans estuvieron haciendo colas días antes de que el iPhone se vendiera.
Pero para los fanáticos del móvil de Apple que ayer consiguieron hacerse con uno, la percepción era totalmente distinta. 'Fue amor a primera vista', aseguraba a Reuters un comprador alemán de 50 años. Menos comedido todavía era otro nuevo dueño: 'El iPhone es el mejor teléfono del mundo'. Tampoco ocultaba sus preferencias un hombre -sexo mayoritario en todas las colas- que se declaraba usuario de Apple desde 1984: 'Es ingeniosamente simple y simplemente ingenioso'.
Pese a las colas y al mal tiempo, los iPhonemaníacos no desesperaron y aprovechaban el tiempo para navegar por internet -con su Mac, por supuesto- o para consultar el manual de instrucciones del móvil, conseguido por adelantado.