China explota la sociedad de consumo
500 millones formarán la clase media en próximos años
El sorprendente crecimiento del PIB que viene experimentando China en los últimos tiempos, a razón de dos dígitos anuales, ha transformado una sociedad que nunca estuvo basada en el gasto familiar. El consumo se configura ahora, según se estipuló en el reciente congreso del Partido Comunista Chino, como el principal motor del crecimiento de un país que ya se ve como la segunda economía del mundo en 2020.
Emerge un tipo de consumidor influido por Occidente pero, a la vez, muy distanciado de éste, según los analistas. Son fundamentalmente, jóvenes que hoy tienen entre 25 y 44 años, alejados del principal segmento de los 45-54 años de los mercados occidentales, que perciben las marcas extranjeras como de calidad superior a las autóctonas pero que, al mismo tiempo, desarrollan un nacionalismo que hasta ahora era desconocido en China.
Además, la clase media y media-baja, nacida al albur del desarrollismo del país, va a experimentar un crecimiento espectacular. Se trata de los chinos que ahora cuentan con ingresos entre 4.000 y 12.000 dólares al año, que a paridad de poder adquisitivo alcanzarían los 22.000 dólares.
'Los chinos que hoy cobran 4.000 dólares ganarán tres veces más en siete años'
En los próximos 13 años, este estrato de rentas medias se multiplicará por seis, pasando de los 100 millones de personas en 2006 a unos 500 ó 600 millones para 2020, es decir, la población de EE UU, según la consultora InterChina Consulting (especializada en el asesoramiento inversor en el país). Por su parte, la clase media-alta china (ingresos superiores a los 12.000 dólares/año), que apenas contabiliza en la actualidad 10 millones de personas, pasará a albergar de 70 a 100 millones en 2020, es decir, la población de un país como Alemania. Si bien el motor del cambio que seguirá experimentando China hasta 2010, con incrementos del PIB superiores al 10%, se basará en el impulso experimentado por la sociedad media-baja, será la media-alta la que protagonice la transformación de la próxima década.
Eduardo Morcillo, director para España de InterChina Consulting, explica a Cinco Días que 'toda esa gente que ahora gana 4.000 dólares al año y que tiene 24 años, dentro de seis va a ganar 10.000. Y esto es imposible que deje de ocurrir, sobre todo con la carestía de empleo cualificado que hay en China'.
Una transformación que pasa, además, por el desarrollo que experimentarán las ciudades llamadas 'de segundo y tercer nivel' y que unidas a las tradicionales Beijing, Shanghai, Shenzhen y Guangzhou, hará que en 2020 el 15% de las urbes concentre al 41% de la población, el 75% del PIB del país y el 78% de los ingresos disponibles.
Para terminar de definir al nuevo consumidor chino, Morcillo añade que 'se trata de nuevos ricos, de personas que quieren que se note que son ricos, aunque son infieles a las marcas porque no tienen gusto definido'. Para el Gobierno chino, el patrón de consumo le es indiferente siempre que se sustente en bienes fabricados por empresas nacionales, aunque sea con ayuda exterior.
'La segunda economía mundial en trece años'
Las perspectivas económicas que maneja el Gobierno chino sitúan el crecimiento del país entre el 10% y el 12% para este año. A dos años vista, la previsión pasa por que crezca a cifras más moderadas, cercanas al 8% , y aún más lentas a partir de 2010, con alzas del PIB del 5% ó 6% para la próxima década, de acuerdo con los planes del Gobierno para evitar el sobrecalentamiento de la economía. Sin embargo, todas las previsiones realizadas en los últimos cuatro años por el Ejecutivo chino han quedado por debajo de la realidad.Esta tendencia llevará al gigante asiático a 'establecerse en 2020 como la segunda economía del mundo, sólo por detrás de EE UU', según InterchinaConsulting. Además, está en pleno cambio de su proceso productivo. 'China ha decidido ya que no quiere ser un exportador de bienes baratos sino de calidad. Ya es el segundo país del mundo en I+D. En cinco años, dejará de copiar y le empezarán a copiar', comenta Morcillo.