Los principales márgenes de la cuenta de resultados crecen a tasas superiores al 21%, mientras que la inversión crediticia bruta en clientes aumenta un 20%; en hipotecas, un 18,6% -en sintonía con la desaceleración que vive el sector-, y los recursos gestionados en balance llegan a 63.786 millones de euros, un 20,8% más.
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Dentro de los recursos destaca la evolución de los depósitos a plazo, que crecen un 39,9% hasta los 11.804,4 millones, mientras que el margen de explotación -el que mejor refleja la evolución del negocio puramente bancario- sube un 27,3%, y la ratio de morosidad ha bajado del 0,42 al 0,41%.