Inversión ética, contra el mito de la falta de rentabilidad
Los fondos ISR no llegan al 0,5% del patrimonio total
Para que la Inversión Socialmente Responsable ISR viva un impulso definitivo en España, la búsqueda de rentabilidad tiene que ser un aspecto esencial. No se puede pedir caridad social a los inversores'. Así de claro fue el diputado del PP José Eugenio Azpiroz en una mesa redonda sobre inversión ética, organizada la semana pasada por Morgan Stanley. La ISR, un concepto completamente asentado en países como EE UU o Reino Unido, sigue transitando por un territorio marginal en España: los activos bajo gestión de los fondos éticos no llega al 0,5% del patrimonio total de los fondos de inversión.
'Lo que se puede decir de la ISR en España es que está echando a andar y está muy por debajo del peso que tiene en Europa', reconoció en el mismo foro la directora general del Tesoro, Soledad Núñez. La directiva destacó que 'los esfuerzos de las compañías por incorporar políticas de responsabilidad empresarial no están siendo recompensados por la comunidad financiera'. En este sentido, Núñez subrayó el hecho de que, mientras que en Europa los inversores institucionales copan el 94% de la inversión en fondos ISR, en España los inversores institucionales no aparecieron hasta el año 2003.
Al foro organizado por Morgan Stanley también asistieron el profesor del Instituto de Empresa y presidente de la comisión ética del fondo Morgan Stanley Fondo Activo æpermil;tico, Joaquín Garralda; el responsable de captación de fondos de Intermón Oxfam, David Camps y la directora general de la Fundación Lealtad, Patricia Roda. Todos los ponentes coincidieron en que el problema del poco éxito de la inversión ética en España radica en la desconfianza y desconocimiento por parte de los inversores.
La directora general del Tesoro explicó que la forma de hacer llegar a los inversores la idea de que invertir con principios es rentable debe apoyarse en dos pilares: en primer lugar, la inversión comprometida aporta valor desde un punto de vista ético, ya que la inversión contribuye al progreso social del mundo; en segundo término, toda inversión responsable resulta a largo plazo más rentable en términos de rentabilidad y riesgo.
El fondo ético de Morgan Stanley fue el primero en registrarse en España con esa denominación. El producto comenzó a comercializarse en abril de 1999. Las comisiones de gestión y depósito son respectivamente del 1,5% y del 0,1%. Un 35% de la cartera está en renta variable y, en estos momentos, la apuesta principal de los gestores del fondo pasa por renta variable europea atractiva por precio.