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Política

Zapatero cierra a Ibarretxe la vía del referéndum en Euskadi

Dos horas de reunión en La Moncloa entre José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe sirvieron para constatar la profunda divergencia con la que ambos observan el futuro del País Vasco. El presidente del Gobierno descartó cualquier posibilidad de que el referéndum prometido por el lendakari se haga realidad.

Zapatero se aferró a su argumento más contundente, el del obligado respeto a la legalidad constitucional, para anticipar que el nuevo tren puesto en marcha por Ibarretxe para hacer del País Vasco un Estado soberano volverá a descarrilar. El presidente del Gobierno le trasladó al lendakari que no podrá celebrar la consulta prometida en octubre del año que viene, sencillamente porque el Gobierno central no la autorizará. Por ello le recomendó que dialogue con los partidos vascos para intentar alcanzar un acuerdo aceptado por todos que contribuya a acabar con la violencia terrorista.

De la respuesta que Ibarretxe le dio a Zapatero cabe deducir que buena parte de las dos horas que ambos emplearon en cruzar sus argumentos transcurrieron en un auténtico diálogo de sordos. Ibarretxe admitió que la consulta que prevé celebrar en el otoño del año que viene carece de carácter vinculante, pero argumentó que siempre será 'legal' porque está 'legitimado' para celebrarla. También confirmó su intención de convocar un referéndum, esta vez 'jurídicamente vinculante', en 2010. Zapatero recordó ayer a los periodistas que antes de esa fecha pueden pasar muchas cosas. Desde que cambie el color del Gobierno central (elecciones de marzo) hasta que no sea el PNV el partido que gobierne Ajuria Enea (elecciones autonómicas de octubre). Lo que no quiso contestar Zapatero fue qué medidas concretas adoptará en caso de que el año que viene siga siendo presidente e Ibarretxe le rete abiertamente convocando la consulta prometida. En medios gubernamentales se explica esta prudencia del presidente en clave electoral: no conviene contribuir a aumentar el enfrentamiento con el nacionalismo vasco porque ello puede convertirle en víctima y desde esa posición siempre tan cómoda puede arañar los votos necesarios para perpetuarse en el poder.

De ahí que Zapatero respondiera ayer sin aspavientos a una afrenta que puede diluirse a partir de marzo en el caso de que el PNV sufra un retroceso en las urnas.

El PSOE no ve peligrar el acuerdo presupuestario

A pesar del desencuentro que reina entre los dos gobiernos, el Grupo Socialista no ve en riesgo el respaldo que el PNV se ha comprometido a dar a los Presupuestos estatales del año que viene. De hecho, ha dejado pasar el plazo para la presentación de una enmienda de totalidad. Por paradójico que parezca, en esta ocasión el PNV se ha convertido en el principal aliado del Ejecutivo central para sacar adelante las cuentas del año que viene, pues las negociaciones se remontan al pasado mes de junio, cuando todavía Josu Jon Imaz ni siquiera había anunciado su intención de abandonar la política y retirarse de la presidencia del PNV.Antes de que esto sucediera, el vicepresidente Pedro Solbes pactó con el Gobierno vasco la renovación del cupo bajo otros parámetros bastante más beneficiosos para Euskadi.

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