Ibarretxe tras reunirse con Zapatero: "Estamos ante un largo camino"
"Estamos ante un largo camino [...]. Espero que el talante no se transforme en un desplante al diálogo". Con estas palabras, en tono solemne y el rostro serio, ha valorado el lehendakari Juan José Ibarretxe las más de dos horas de reunión que ha mantenido esta mañana en el palacio de La Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
æpermil;ste le ha expresado su rechazo a la consulta sobre el futuro del País Vasco anunciada para el 25 de octubre del año próximo. El lehendakari, que ha llegado al Palacio de la Moncloa puntual, ha defendido que su iniciativa es democrática e intachable desde el punto de vista legal.
El jefe del Ejecutivo ya subrayó ayer que la iniciativa de Ibarretxe es inviable, ni siquiera la considera una propuesta, sino una mera idea, y que le pedirá que, antes de buscar un acuerdo entre Euskadi y el Estado, logre uno entre los vascos.
En reiteradas ocasiones desde el anuncio de Ibarretxe, Zapatero ha garantizado que en España no se va a llevar a cabo ninguna consulta que no respete la legalidad constitucional y estatutaria.
æscaron;ltima reunión, el 20 de junio
La fecha de la consulta la oficializó Ibarretxe el pasado 28 de septiembre, en el debate de política general con el que el Parlamento vasco inició el nuevo curso político. La última reunión entre Zapatero e Ibarretxe tuvo lugar el pasado 20 de junio, dentro de la ronda de contactos que inició el presidente del Gobierno con los líderes políticos para analizar el futuro de la política antiterrorista tras anunciar ETA que rompía su "alto el fuego permanente".
Tras aquel encuentro, Ibarretxe ratificó a los medios de comunicación en la Moncloa que mantenía su compromiso de celebrar una consulta popular en esta legislatura. Garantizó a Zapatero su colaboración "máxima" para preservar la seguridad frente al terrorismo, pero rechazó también lo que denominó "viejas fórmulas del pasado", en referencia a la ley de partidos y a la política penitenciaria. El Gobierno se limitó a recordar entonces que las reivindicaciones del lehendakari -derogación de la ley de partidos y referéndum- ya eran conocidas, como lo era el rechazo del Ejecutivo central a las mismas.