125 años de un agua que pasó de la farmacia a las cocinas
Cocineros y reposteros homenajean hoy a Vichy Catalán por su aniversario.
Con qué agua las verduras no pierden su color o las tempuras son más crujientes? Con una carbonatada. Trucos de fogones conocidos entre los cocineros, que agradecen hoy lunes a Vichy Catalán, una de las marcas de agua más emblemáticas de España, en un homenaje por su 125 aniversario.
'Fueron de las primeras firmas de aguas que sugirieron su uso en la cocina y la repostería', aclara Luis Cepeda, director técnico de la Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España (Facyre). 'Nosotros utilizamos agua embotellada en el taller cuando necesitamos precisión en la investigación de nuevos platos', explica Mario Sandoval, el prestigioso y jovencísimo cocinero (30 años) del restaurante Coque -una estrella Michelin-, que estará hoy presente en el agasajo ofrecido por 125 establecimientos. Cepeda añade que es 'la única casa de aguas que saca libros de gastronomía', premiados en todo el mundo, para justificar el homenaje. Hoy mismo, la embotelladora, aprovechará el ágape ofrecido por Facyre para presentar su última edición: Nueva Cocina Española.
Pero los usos originarios de este agua se sitúan muy lejanos de la cocina. Cuando el médico y homeópata Modest Furest descubrió en 1881 los manantiales termales de Puig de les Animes (Gerona) pensó en la salud de quien disfrutara del agua por su potente mineralización. Para bebérsela o para tomar unos baños. Los puntos de ventas fueron las farmacias (algunas todavía siguen vendiéndola) y la mejor forma de empaparse de ella fue el balneario concluido en 1904 -tras la inclusión en el capital de importantes familias catalanas que habían hecho fortuna en Cuba-.
En los últimos años la compañía ha diversificado sus productos: Agua de Mondariz, Jugos Canarios, Hotel Meliá Golf Vichy Catalán o aguas Font D'or
'Los momentos malos serían los iniciales, porque la gente se preguntaba qué hacía ese hombre embotellando agua', conjetura Joan Renart, consejero delegado de la marca. Y es que el doctor Fuster se fijó en la experiencia de los manantiales del otro lado de los Pirineos. De hecho, su afrancesado nombre le trajo problemas muchas décadas después, cuando la mundialmente conocida Vichy Célestins (de Perrier), quiso introducirse en el mercado español. Una batalla legal por el uso del nombre con intento de entrar en el capital de la catalana. Con la paz final de 1993 el capital siguió siendo autóctono (como hoy en día) y los franceses adquirieron el derecho de vender sus marcas en España.
En los últimos años la compañía, con una facturación de 129 millones de euros en 2006 y 700 empleados, ha diversificado su productos: Agua de Mondariz, Jugos Canarios, Hotel Meliá Golf Vichy Catalán o aguas Font D'or.