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CincoSentidos

Los whiskies más raros y exclusivos del mundo

La casa Whyte & Mackay comercializa una colección de lujo por 5.126 euros.

En 1966, año en que Inglaterra ganó la copa del mundo y Raphael cantó Yo soy aquel en Eurovisión, en una pequeña isla de Escocia de apenas 180 habitantes llamada Jura, un hombre introdujo aguardiente de cebada en una barrica de roble.

Cuarenta años más tarde, esa misma barrica parió un exclusivo y elegante whisky de malta, el Jura 40 años. Sólo existen 98 botellas en el mundo. En España llegaron unas ocho y quien esté dispuesto a pagar 2.500 euros, aún está a tiempo de hacerse con esa exclusiva botella. El golfista Tiger Woods ya posee la suya.

Jura 40 forma parte de la colección raros y prestigiosos que aglutina cuatro exclusivos whiskies escoceses de la casa Whyte & Makckay. Esta semana, Richard Paterson, uno de los mayores expertos en maltas y blenders del mundo, presentó las cuatro maravillas. Paterson trata el whisky con el cuidado de lo sagrado. Dialoga con el licor, lo mima, lo escucha y habla de él con una pasión inusitada.

El golfista Tiger Woods posee una de las 98 botellas de Jura 40

La presentación de la colección ante el sector y la prensa se realizó durante un almuerzo en el castizo restaurante Zalacaín de Madrid. Para los que han nacido en una tierra de vino puede parecer un sacrilegio degustar los platos con Whisky de malta. Sin embargo, la delicadeza y majestuosidad de la colección invita a la transgresión y a despojarse de prejuicios. Así, los comensales atacaron, sin ningún tipo de remordimiento, el famoso Pequeño búcaro Don Pío -llamado así en homenaje a Pío Baroja- con una copa de Jura 40 entre las manos.

Junto al Jura, destacó el Dalmore 40 años, un malta del norte de Escocia, cuyo precio ronda los 2.700 euros y del que sólo existen 1.000 botellas. Es un whisky que deja un agradable gusto en la boca a naranja y a canela picante con notas de pasas e higos. Combina muy bien con un chocolate que contenga, al menos, un 70% de cacao. En la colección hay otro Dalmore, el 1973, cuya nota característica es que maduró en barricas de Cabernet sauvignon. Una suerte de unión entre el dios Baco y el rey de los maltas que fructificó en un whisky elegante con matices de uvas carnosas.

Al finalizar la presentación, Paterson tenía reservada una sorpresa. Como si fuera un alquimista se sacó del bolsillo un frasco transparente.

En él, había tres dedos del Dalmore de 62 años, cuya botella cuesta 48.000 euros. Paterson echó en una copa de jerez un poco del preciado licor. Como si del santo grial se tratase, la copa pasó con suma precaución de un comensal al otro que olían con respeto ese licor para descubrir los secretos de un whisky sexagenario.

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