El FMI da luz verde a Strauss-Kahn como su próximo jefe
El francés Dominique Strauss-Kahn fue elegido el viernes como nuevo director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), cargo que asumirá el 1 de noviembre y en el que sustituirá a Rodrigo Rato. Sus 100.000 kilómetros de seducción diplomática recorridos desde julio han concluido con éxito.
Resurge así de las cenizas un economista y político brillante. El batacazo de Ségolène Royal y de su partido en las elecciones presidenciales de mayo fue también el suyo. Ya no había sitió para él en la renovación inexistente del Partido Socialista, todavía hoy sumido en la confusión.
Una oportuna llamada de su amigo Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, le sugirió y convenció de presentarse como candidato al máximo puesto en uno de los más prestigiosos aunque polémicos organismos internacionales. Después llegaría el apoyo de su rival político y hoy presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quién calificó el viernes su nombramiento como 'una gran victoria para la diplomacia francesa'. Semejantes piropos recibió del actual director gerente, Rodrigo Rato, quién le consideró el candidato idóneo para sucederle por contar con la experiencia, la visión y la dedicación necesarias para liderar el FMI.
No le faltará trabajo en su nuevo trabajo. En primer lugar, el equilibrio en la representatividad del organismo. Los países desarrollados representan cerca del 69% de los votos. Bélgica pesa más que China, y Francia más que Brasil. Strauss-Kahn empezó por ello muy hábilmente su campaña electoral por los países del sur. Además, el reembolso de la deuda de Brasil, Argentina o Indonesia ha llevado al déficit al FMI.
Por último deberá defender la legitimidad de sus radicales intervenciones (reducción de déficit o devaluaciones) que en el pasado generaron negros episodios, como la crisis asiática de 1997 o de Argentina en 2001.