El informe de auditoría pone en duda la viabilidad futura de Babcock
La última auditoría de Babcock Power España pone en duda la viabilidad futura de la empresa ante sus pérdidas continuas y unos costes estructurales excesivos. La sociedad ha reducido su capital en un 50% para evitar la disolución.
El futuro de Babcock Power España (BPE) sigue en entredicho después de que sus directivos y los representantes de los trabajadores fueran incapaces de acordar un Plan industrial para el periodo 2007-2008.
El último informe de auditoría, correspondiente al ejercicio 2006, pone en duda la viabilidad de la empresa. 'Se observa un exceso de costes de estructura que condiciona fuertemente la rentabilidad de los proyectos que permitan la obtención de beneficios futuros', señala el texto.
Por eso, 'y ante la falta de unas previsiones en las que se pongan de manifiesto las medidas a adoptar para la reducción de dichos costes', el auditor de Alfa Solutions plantea una incertidumbre 'sobre la viabilidad futura del negocio'.
La situación de la empresa es ciertamente delicada. La antigua Babcock Wilcox cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 24,78 millones de euros, significativamente superiores a los 13,6 millones que habían previsto los directivos de la empresa en el Plan de futuro que presentaron a los sindicatos en enero de este mismo año.
Las ventas sí se mantuvieron dentro de los parámetros previstos, con una facturación de 61,3 millones de euros que, en un 91%, procedió del mercado internacional. La línea de actividad que más aportó al grupo fue la de equipos de proceso (62,1% de la cifra de negocio), seguida de la de energía y medio ambiente (19,5%) y válvulas (18,3%).
El principal problema de la empresa industrial vasca son los gastos, que sólo en el apartado de personal ascendieron a 21,47 millones. Los miembros de la dirección del grupo se embolsaron 158.000 euros en concepto de retribuciones.
En este capítulo de gastos también hay que incluir las aportaciones financieras a su filial Babcock Montajes, cuestionadas por el auditor ante las dudas sobre el futuro de esta sociedad. La filial recibió préstamos por parte de BPE por valor de 3,3 millones en 2006.
Pese a la situación, A-Tec Industries, el holding austriaco propietario de Babcock, se ha comprometido a apoyar financiera y comercialmente a su filial. De hecho, las pérdidas del ejercicio han obligado a la dirección de la empresa a reducir su capital para tratar de restablecer su equilibrio patrimonial y evitar la disolución.
En concreto, el grupo austriaco procedió este verano a reducir el capital de la empresa en un 50%, recortándolo de 73 a 36 millones de euros mediante una rebaja del valor nominal de las acciones, de 3,7 a 3,6 euros por título.
Sin garantías públicas
Desde el pasado 30 de enero, BPE ha salido definitivamente del sector público, por lo que sus trabajadores ya no cuentan con las garantías laborales y sociales que aportaba la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en el marco del proceso de privatización.
Los sindicatos querían mantener este respaldo cinco años más, pero el holding público condicionó su continuidad a que los trabajadores pactaran con la dirección de la empresa el nuevo Plan industrial hasta 2008. El plan, que la compañía consideraba necesario para asegurar su futuro y que incluía un ajuste de plantilla del 20% (80 personas), fue rechazado por la parte social.