Bruselas propone suspender por un año los aranceles de los cereales para bajar su precio
Mientras los países de la Unión Europea autorizaban ayer la siembra de las tierras que están sometidas al barbecho obligatorio con el objetivo de aumentar la producción de cereales en la próxima campaña, Bruselas anunció que propondrá suspender durante un año los aranceles que restringen su importación.
La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, anunció a los ministros de Agricultura europeos que la Comisión presentará próximamente una propuesta destinada a eliminar las tarifas a la importación de cereales como medida para que aumenten las existencias y no persista la actual situación de alza de precios. La propuesta se hará próximamente y su aprobación supondrá que durante este año comercial, que termina el 31 de julio de 2008, no habrá aranceles a la importación de cereales a la UE.
Actualmente, los aranceles son relativamente bajos y se imponen a algunos cereales, como el maíz (1,93 euros por tonelada) o la cebada (y para cebada, entre 8 y 16 euros por tonelada). Para el trigo, por su parte, no se aplican, excepto para algunas categorías de trigo blando.
Con la medida de la interrupción del barbecho obligatorio, por su parte, España espera poner en producción 730.000 hectáreas más de cereales y la Comisión Europea calcula que en todo el territorio podrían incrementarse las cosechas en diez millones de toneladas.
Una petición española
La delegación española había demandado que el Consejo de Europa debatiera ayer la situación en el mercado mundial de cereales, donde la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, propuso formalmente la eliminación de los aranceles a la importación.
Durante el Consejo de la UE, un grupo numeroso de países apoyaron la petición española para abrir las fronteras a las importaciones de cereales, entre los que se encontraba Letonia, Eslovenia, Polonia, Rumanía o Italia.
Sin embargo, el ministro francés, Michel Barnier, expresó su preocupación por la posibilidad de que la supresión de aranceles a las importaciones inunde el mercado de la UE de cereales de países terceros e implique un mayor riesgo de entrada de productos transgénicos.