Los 73.000 empleados de GM en EE UU, en huelga por el convenio
General Motors afronta una nueva crisis de consecuencias incalculables. Por primera vez en los últimos 37 años, el sindicato ha convocado una huelga en todas las plantas -más de 80- del mayor constructor de coches del país, nueve días después de que expirara el convenio colectivo. Las partes, sin embargo, mantienen abierta la mesa de negociación tras dos meses de encuentros.
El último convenio colectivo, de siete años de duración, que afectaba a los 73.000 empleados estadounidenses de General Motors había expirado el pasado 14 de septiembre. El sindicato, sin embargo, lo prorrogó hasta las 14.00 horas de ayer, hora peninsular, tras dos meses de negociaciones entre ambas partes. Horas antes de que venciese el plazo, analistas y expertos del sector daban por hecho un acuerdo, lo cual había llevado la cotización de General Motors a alzas cercanas al 3%. Ayer, finalmente, las acciones del fabricante bajaron un 0,4% hasta cerrar en 34,8 dólares.
El principal sindicato de trabajadores de la automoción no había convocado una huelga nacional desde 1976, cuando paralizó las plantas de Ford, y ninguna que afectase a todas las fábricas desde 1970. Ese año, permanecieron cerradas durante 67 días. En 1996, durante las negociaciones del convenio de General Motors, se llevaron a cabo paros en dos plantas de este grupo.
Durante meses, la aproximación de ambas posturas fue la tónica general. Al menos de cara a los medios de comunicación. Empresa y plantilla se mostraban de acuerdo en crear un fondo que fuese gestionado por la propia UAW, que sería la encargada de desembolsar los compromisos sanitarios y de jubilaciones. Esta partida asciende actualmente a 55.000 millones de dólares (33.000 millones de euros) para GM; y hasta a 114.000 millones de dólares (68.400 millones de euros) para GM, Ford y Chrysler. Si se hubiese cumplido este aspecto, sería la propia UAW la que habría gestionado el dinero. æpermil;ste era un punto clave de las negociaciones, toda vez que este desembolso merma la competitividad de GM frente a sus rivales asiáticos.
Pero el sindicato reclamaba además el compromiso de la compañía de que no se iban a eliminar más empleos temporales hasta que finalice la actual reestructuración el próximo año. Su rechazo desencadenó el desacuerdo. No en vano, la plantilla de GM es un 20% de la que era en 1990, según datos del diario Wall Street Journal.
GM se enfrenta ahora al problema del desabastecimiento de modelos para el mercado estadounidense, el principal para la compañía, aunque diversas fuentes periodísticas apuntaban ayer que la compañía cuenta con un inventario que le permitiría cubrir cerca de dos meses al actual ritmo de ventas.
La compañía, 'decepcionada'
General Motors reaccionó ayer con frialdad ante la mayor huelga producida en sus plantas en los últimos 36 años. El fabricante emitió un comunicado en el que aseguraba mostrarse 'decepcionado' por la decisión de los sindicatos. 'La negociación envuelve asuntos complejos y difíciles que afectan a la seguridad laboral de nuestra fuerza de trabajo en EE UU y la viabilidad a largo plazo de la compañía. Estamos totalmente comprometidos a trabajar con UAW para desarrollar soluciones', añade el comunicado emitido ayer.El presidente de UAW, Ron Gettelfinger, anunció ayer en una rueda de prensa celebrada en Detroit su intención de sentarse a la mesa negociadora para tratar de superar las diferencias con la empresa y aseguró que la decisión de convocar la huelga se produjo en la madrugada del lunes tras comprobar durante las negociaciones que a la empresa 'no le importaba' la fecha límite impuesta para superar los puntos más conflictivos.