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Inmobiliario

La inmobiliaria Llanera planea reducir su tamaño para salvar la crisis

Llanera va a tener que convencer a los bancos de su viabilidad si quiere salvar la crisis. En la reunión de ayer tras el día de pánico entre empleados y proveedores, la dirección planteó la refinanciación de la deuda. Sin embargo, las dos cajas valencianas, principales acreedores, dudan de su futuro.

La inmobiliaria Llanera reducir su tamaño para salvar la crisis
La inmobiliaria Llanera reducir su tamaño para salvar la crisisCinco Días

Llanera, la inmobiliaria valenciana propiedad de la familia Gallego, está estudiando fórmulas para salir de la profunda crisis en la que está inmersa después de que haya fracasado su modelo ambicioso de urbanismo. La compañía, que cobró notoriedad con una potente campaña de publicidad nacional e internacional, tendrá que replegarse en todos los frentes: renegociación de deuda, venta de activos y reducción drástica de personal.

De las medidas que deberá afrontar la compañía y que ayer estudió el comité directivo, la que mayor dificultad puede tener es la renegociación de la deuda con los bancos, que según la empresa asciende a 304 millones de euros. Fuentes financieras apuntaron ayer que tanto el Grupo Bancaja como la CAM, principales acreedores de la compañía, no están dispuestos a seguir financiando una empresa de cuyo negocio duda.

De momento, la empresa de la familia Gallego no tiene en su agenda inmediata presentar un proceso concursal, pese a que en un futuro inmediato podría verse abocada a ello si no consigue recuperar el favor de los bancos. Eso pasaría no sólo por redimensionar la compañía, buscando actividades recurrentes y rentables que le garanticen ingresos para afrontar los pagos financieros, al margen de las nóminas de sus 650 empleados y las facturas de sus proveedores. La inmobiliaria también debería salvar las corrientes internas de las dos principales entidades financieras valencianas, encabezadas principalmente por los técnicos de las cajas, que ya no confían en la empresa y buscan fórmulas para recuperar la inversión. En el otro lado estaría la vertiente política de las cajas que no ven con buenos ojos la suspensión de pagos de la compañía.

Fuentes de la empresa garantizaron ayer que Llanera pagará los sueldos de sus empleados este mes y el próximo. Esos dos meses son el plazo que parece se ha fijado la empresa para intentar salir de la crisis. La reducción de empleados o la cancelación de contratos con determinadas subcontratas son algunas de las medidas inmediatas para reducir costes. Pero todo apunta a que el 'plan de transformación' irá más allá.

Según fuentes conocedoras de la compañía, todo pasa por devolver a la empresa casi a su punto inicial, es decir, una pequeña promotora 'con actividades recurrentes y rentables', capaces de recuperar la confianza tanto del sector como de los bancos. 'Eso pasa por olvidar los macroproyectos que le han abocado a esta situación', aseguran.

Y es que el apuro que atraviesa Llanera no es tanto fruto del frenazo inmobiliario general, que también ha influido, si no de un modelo de negocio 'poco riguroso en la planificación', explicaron a Cinco Días fuentes del sector. Llanera optó por una estrategia consistente en buscar suelo rústico sobre el que planear grandes desarrollos urbanísticos, especialmente resorts con campos de golf. El plan de la empresa pasaba por convertir ese suelo agrícola en urbanizable en un plazo de dos años mediante una agresiva política de negociación con los ayuntamientos para que le aprobasen los planes.

Mientras, la empresa iba tomando posiciones en los terrenos, con opciones de compra sobre el suelo, que implicaban el pago de una señal; proyectaba hasta 24 complejos en todo el mediterráneo, incorporó a mucho personal a la compañía y realizó fuertes campañas de publicidad. Ese gasto estaba apoyado en créditos que la empresa pensaba devolver al comercializar pronto los complejos. Sin embargo las recalificación de suelo se suelen alargar hasta seis años, con lo que no ha podido sacar adelante los proyectos y no ha tenido ingresos por venta de viviendas.

Poco suelo, muchas opciones

La idea de Llanera para desarrollar sus complejos urbanísticos pasaba por actuar sobre suelo rústico. Ese aspecto era clave para poder ofrecer precios baratos, ya que comprar suelo urbanizable es mucho más caro que recalificar. Ese detalle es clave en la historia de la empresa, ya que al no contar con suelo finalista suficiente no ha podido ir realizando promociones de entidad que le garantizasen unos ingresos suficientes mientras esperaba el cambio de uso del suelo.Sin embargo, Llanera no es un gran propietario de suelo. Con la excepción del terreno agrícola que le compró a Reva en Riba-roja de Túria (Valencia), y que está apalancado por Lehman Brothers, la empresa lo que tiene son numerosas opciones de compra. En 2005 reconoció compromisos por 97,29 millones. Estas opciones llevan implícitas una señal que la empresa podría haber perdido ya al no ejecutar la compra en los plazos previstos.Respecto a planes aprobados de cierta entidad, Llanera cuenta con un PAI en Valencia, en colaboración con la Generalitat, y un complejo con golf en Murcia que ya comercializa. En ninguno de los dos se han iniciado las obras.

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