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CincoSentidos

Revivir las vacaciones a través del paladar

De vuelta a casa, el mejor recuerdo del verano son los manjares de los lugares visitados.

Quién se resiste en verano a traerse el vinito de la zona, el embutido típico de la localidad o ese dulce tan rico que ha probado en vacaciones? El souvenir gastronómico es el mejor y más práctico regalo que puede uno traerse como recuerdo veraniego.

No sólo las grandes ciudades cuentan con tiendas especializadas. En muchos pueblos de España se encuentran establecimientos para comprar lo más típico de la localidad, ya sean panes, tartas, dulces de todo tipo, vinos, embutidos, quesos, aceites y un sinfín de delicatessen a cual más apetecible. Las vacaciones se acaban, pero pueden revivirse a través del paladar. Por eso, a los rezagados, les vendrá bien conocer una muestra de establecimientos de los que traerse los mejores productos gastronómicos. Todos están en lugares típicamente veraniegos, o cerca de ellos.

Cornisa Cantábrica

Para quienes apuren sus últimos días en Galicia, hay que visitar la Casa de los Quesos, (Rúa da Raiña, 3, Santiago de Compostela), donde pueden adquirirse deliciosos quesos de Arzúa o San Simón. Si lo que se prefirieren son los dulces, se debe ir a la confitería Madarro (Reina 13, en Lugo).

Esta casa centenaria es famosa por sus ricas cañas de crema y sus elaboraciones con almendra. Tampoco hay que pasar por alto la pastelería Quico (Rúa Castelao, 25 de O Grove, en Pontevedra), donde pueden encontrarse ricas empanadas, incluso de bacalao. En la capital del albariño, A Casa do Albariño (Paseo de la Calzada, sin número, en Cambados) es especialista en estos blancos, pero tiene, prácticamente, todos los del país.

En Cantabria, los golosos han de visitar Ramos (Plaza de José Antonio, 6 de San Vicente de la Barquera) donde podrán comprar pejinas, pastas de avellana y quesadas; o la Casa El Macho, en Selaya, a 1 kilómetro de Villacarriedo, cuyas quesadas, sobaos y mantequilla artesanal son un lujo.

Si se pasa por Asturias y se quiere un poco de todo, La Puerta del Sol (San Bernardo, 91, en Gijón) es una casa centenaria con un gran surtido de productos regionales. Los Ultramarinos Casa Buj (Mercaderes, 13, en Llanes) son un paraíso asturiano en chacinas, quesos y sidra.

Al finalizar el viaje por el norte, la mejor opción en Donostia para comprar cualquier producto vasco es Aitor Lasa en Aldabar, 12, en San Sebastián. Por último, la Casa del Bacalao (Licenciado Poza, 16. Bilbao) ofrece magníficos bacalaos secos o condimentados.

Por el mediterráneo

El que recorra en sus últimos días el litoral de Levante podrá visitar Juncá (Sant Vicens, sin número en Besalú), surtida en embutidos artesanos; o Drac d'Or (Paseo de Dintre, 42, en Blanes) una pastelería centenaria con dulces típicos de la Costa Brava. Aún en Cataluña, la confitería Poy (Arrabal de Jesús, 8, en Reus) es especialista en menjar blanc, panellets de crema y flocs de avellana.

Una vez en la Comunidad Valenciana pueden comprarse dulces del pastelero más famoso de España, Paco Torreblanca, en la pastelería Totel (Avda. José Martínez González, 101 de Elda, en Alicante). En la casa Guimerá (Virgen del Pilar, 27 de Morella, Castellón) se venden solos los quesos y jamones de la comarca, trufas, cerámica y vidrio. Bajando hasta Murcia, en el mercado de San Andrés, pueden adquirirse los mejores salazones artesanales en Mar Dorado en Aljúcar (pedanía de Murcia). Fuera de la península, en el Colmado de San Antonio de Palma de Mallorca (Santo Domingo, 1) es posible adquirir vinos, embutidos, y productos isleños.

Andalucía

Si el destino es el Sur, en Huelva, la carnicería Sánchez-Romero (Jabugo) ofrece todo sobre el cerdo ibérico, fresco y curado; y la Unión Salazonera Isleña (Muelle Martínez Caleña, 35 en Isla Cristina) tiene estupendas mojamas de atún, salazones y conservas de pescado. En Cádiz, El Rey de Oros (Once de marzo, 8 de Barbate) ofrece lo mejor del atún en conserva.

El placer de ir de mercados

Los mercados constituyen en sí mismos un aliciente turístico. Si no, ahí está el de La Boquería, en Barcelona, que es el más visitado de España. O el reconvertido de La Brecha, en Donostia, que aunque se ha transformado en un moderno centro comercial, aún conserva los maravillosos puestos de pescado de la planta inferior. En el Mercado Central de Valencia la boca se hace literalmente agua al visitar sus puestos, como en el tinerfeño de Nuestra Señora de África, en Santa Cruz, la mejor opción para comparar productos canarios (papas, gofio, frutas, quesos) y un sinfín de especias. Otros mercados interesantes son el de Palamós, sobre todo los martes (con productos típicos regionales), y el de Potes (Cantabria) que cada lunes muestra quesos de los Picos de Europa, orujos de Liébana y embutidos.

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