Los consejos de la banca elevan su presencia en el capital
Los consejos de administración de la banca española, sobre todo de las entidades de mediano tamaño, han reforzado en los últimos meses su control sobre el capital. Los órganos de gobierno de los dos grandes, Santander y BBVA, siguen siendo los que menor número de acciones poseen.
Los grupos financieros españoles han tomado precauciones para protegerse de posibles compras hostiles por parte de sus competidores. Uno de los grupos con mayor blindaje es Banco Popular. Cerca del 35,9% del banco se encuentra en manos del consejo, además de una participación de entre el 4,5% y 5% que ha sido delegada por los inversores en este órgano de gobierno. Un total de más del 40% que hace casi imposible el lanzamiento de una opa sobre la entidad madrileña sin su beneplácito.
El mayor propietario es la sindicatura de accionistas, con un 14,52% del capital. La aseguradora Allianz ocupa el segundo puesto con un 9,37%. Por detrás se encuentra el financiero portugués Americo Amorim, quien tras invertir el pasado mes de junio 19,5 millones de euros en títulos de Popular ya controla un 7,57%. El poder del consejo se ha afianzado tras las últimas incorporaciones de Nicolás Osuna y Helena Revoredo, ingresos acompañados de sendas participaciones. El empresario sevillano ha aprovechado además la caída de la Bolsa para aumentar su presencia en Popular. Ha adquirido títulos por 2,55 millones de euros, con lo que cuenta ya con el 3,89%.
De los siete primeros bancos cotizados, Pastor es quien más ha incrementado su control sobre el accionariado en los últimos meses. A finales del 2006, la familia Del Pino compró el 5% del capital del banco. Se igualaba así al empresario Amancio Ortega, que también posee un 5% y un sillón en la dirección de la entidad gallega. Este 10% de Ortega y Del Pino se suma al 41% que controla la Fundación Pedro Barrié de la Maza y hace a Banco Pastor inexpugnable ante una oferta de compra no deseada. El pasado abril, Caixanova adquirió otro 5% de la entidad, pero su condición de rival en un mismo territorio le impedirán tener representación en el consejo.
Sabadell, cuyo máximo órgano de gobierno aglutina un 35,9% de las acciones, cuenta además con un pacto parasocial que compromete a sus máximos accionistas a no desprenderse de su capital y que éste quede en manos de inversores no deseados.
En Bankinter, sólo entre tres de los consejeros, Jaime Botín, Ramchad Bhavnani y Fernando Masaveu, controlan más del 36% de la entidad y la pugna entre los dos primeros continúa.
BBVA es uno de los grupos con capital más fragmentado, lo que le ha convertido en objetivo de insistentes rumores de compra. El consejo controla solamente un 1,1% del total y defiende que el único blindaje eficiente es tener satisfecho al inversor.
El pasado mes de julio, Manuel Jove, ex presidente de Fadesa, se convirtió en el principal accionista del grupo al comprar un 5% de su capital. A pesar de los 3.245 millones de euros desembolsados el empresario no quiere un sillón en el órgano de gobierno. La operación se realizó con el beneplácito de la cúpula del BBVA y es vista en el mercado como un movimiento defensivo tras ofensivas como la protagonizada por la constructora Sacyr a finales de 2004.
El consejo del Santander ha pasado de controlar un 4,69% en diciembre de 2005, a un 5,08% a junio de 2007. Este porcentaje se reparte entre los Botín y las aseguradoras Mutua Madrileña y Assicurazioni Generali. La familia de banqueros, a excepción de Jaime Botín, suscribió en 2006 un pacto para sindicar todas sus acciones, de manera que se comprometen a no vender sin la aprobación del resto de miembros.
La presencia de los empleados no llega al 1,4%
El peso de los empleados en el capital de los bancos españoles continúa siendo muy pequeño. En termino medio, el porcentaje de acciones controladas por la plantilla no pasa del 1,34%, frente al 1,42% registrado en diciembre de 2005. En otras entidades europeas esta cifra se sitúa en torno al 5%. Sabadell y Bankinter son los grupos que cuentan con mayor presencia de los trabajadores entre el accionariado, cerca de un 3%. En el polo opuesto se encuentra Santander, donde la plantilla sólo controla un 0,24%. El tamaño es uno de los principios que explican esta diferencia, a mayor capital mayor dificultad de obtener una cuota significativa de participación. Otro factor relevante es la política de incentivos o retribuciones con pago en acciones. Santander ha sido el último en repartir títulos. Con motivo de su 150 aniversario ha entregado 100 a cada uno de sus empleados.